Media votos
6.3
Votos
4,119
Críticas
161
Listas
1
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Guillermo Herrera:
7
6.4
91
Drama. Intriga. Romance
Bajo el dominio colonial japonés opresivo, el Imperio japonés obliga a Deok-hye, la última princesa de la dinastía Joseon a trasladarse a Japón, tras la muerte del Rey Gojong. Ella pasa sus días anhelando volver a Corea, mientras que lucha por mantener su dignidad como una princesa. Después de una serie de intentos fallidos, Deok-hye hace su último intento para regresar a casa con la ayuda de su novio de la infancia, Jang-han. (FILMAFFINITY) [+]
29 de mayo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película basada en la vida de la princesa Deokhye de Corea (25 de mayo de 1912 - 21 de abril de 1989), la ultima del Imperio coreano, la dinastía Joseon había gobernado por más de cinco siglos.
Hija de una concubina del emperador Gojong, nace cuando este tenía más de 60 años, fue legitimada cuando tenía 7 años.
Su padre fue envenenado cuando ella tenía 10 años.
Posteriormente debió marcharse obligada a Japón donde estaban los miembros de la familia real coreana, como una suerte de rehenes, en un exilio dorado, obligados a hacer lo que mandaba el Imperio del sol naciente.
La película está bien hecha desde la reconstrucción histórica, la música y el vestuario, hay una suerte de “El último Emperador” en tamaño small.
La actuación de la princesa niña en la pequeña actriz Rin-Ah Shin es notable.
Posteriormente en su madurez es encarnada por Son Ye-jin, una actriz de logrados méritos, demostrándolos una vez más.
Es un film interesante para ver un momento histórico de Corea que tal vez no sea tan conocido por estos lares.
Hija de una concubina del emperador Gojong, nace cuando este tenía más de 60 años, fue legitimada cuando tenía 7 años.
Su padre fue envenenado cuando ella tenía 10 años.
Posteriormente debió marcharse obligada a Japón donde estaban los miembros de la familia real coreana, como una suerte de rehenes, en un exilio dorado, obligados a hacer lo que mandaba el Imperio del sol naciente.
La película está bien hecha desde la reconstrucción histórica, la música y el vestuario, hay una suerte de “El último Emperador” en tamaño small.
La actuación de la princesa niña en la pequeña actriz Rin-Ah Shin es notable.
Posteriormente en su madurez es encarnada por Son Ye-jin, una actriz de logrados méritos, demostrándolos una vez más.
Es un film interesante para ver un momento histórico de Corea que tal vez no sea tan conocido por estos lares.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Si bien hay una aclaración muy específica al principio de la película donde dice que “los hechos están inspirados en la vida de la princesa y los mismos no reflejan hechos históricos”. Más de algún trasnochado se olvida cuando termina el film y puede llegar a pensar que los hechos “reales” ocurrieron como en la película.
La vida de la princesa fue desgraciada por el tiempo histórico que le toco en suerte, de haber nacido en una generación anterior tal vez la hubiesen casado un noble coreano y quizá hubiese sido feliz.
Sin embargo a los 13 años fue enviada a Japón.
La última vez que la princesa Deokhye usó un hanbok fue el día de su partida a Japón. A partir de entonces, sólo se le permitió vestir con kimono o con ropa occidental.
A los 18 empezó a padecer sonambulismo, se olvidaba de comer y beber y le fue diagnosticada demencia precoz.
Apenas empezó a mejorar de ese estado, a los 19 años fue obligada a casarse con el conde nipón Sō Takeyuki, con la intención de igualar la realeza coreana con la aristocracia japonesa y de mantener vigilada a la familia real, evitando así que aquélla se convirtiera en un foco para el movimiento de independencia de Corea.
Es de aclarar que ella estuvo en algunas ocasiones en Corea, en el velatorio de su madre en 1929 por ejemplo, muy vigilada por supuesto.
Ella dio a luz a su única hija, Masae (Jeonghye en coreano) el 14 de agosto de 1932, a los 20 años.).
La princesa soñaba con regresar a Corea junto a su hija y criarla como coreana. Pero, a medida que Masae crecía, aquélla fue desarrollando una crisis de identidad (era mitad japonesa y mitad coreana), lo que dio pie a que albergara una profunda ira contra su madre.
No es históricamente posible por lo dicho que haya ocurrido el complot y el bonito discurso que da ante los obreros esclavos coreanos.
A los 21 años Deokhye nuevamente sufrió su enfermedad mental, y después de esto pasó muchos años en varias clínicas psiquiátricas.
Ello llevo a la separación de hecho de su marido y luego el formal divorcio en 1953, el después se volvió a casar con una japonesa.
En 1956, Masae (o Jeonghye ) su hija se suicidó.
Demás esta decir que su deterioro mental iba en aumento.
Lo que sí es cierto de la película, es que el reportero Kim Eul Han persuadió al gobierno coreano para que se le permitiera regresar a su país, el 26 de enero de 1962, el 8 de febrero de ese mismo año recuperó su nacionalidad, bajo el nombre de Lee Deokhye.
Más allá de su deterioro mental se dice que recordaba los modales de la corte aprendidos en su niñez, su etapa feliz.
Se le permitió residir en el Palacio de Changdeokgung (su lugar de nacimiento) y falleció allí mismo 27 años después, el 21 de abril de 1989, con 76 años, suponemos que finalmente encontró un poco de paz, en el final de sus días.
Creemos que para Corea era importante que la última representante de una dinastía de cinco siglos muriera en su suelo.
Más allá de los detalles históricos, combinados con ficción, es una película MUY INTERESANTE.
La vida de la princesa fue desgraciada por el tiempo histórico que le toco en suerte, de haber nacido en una generación anterior tal vez la hubiesen casado un noble coreano y quizá hubiese sido feliz.
Sin embargo a los 13 años fue enviada a Japón.
La última vez que la princesa Deokhye usó un hanbok fue el día de su partida a Japón. A partir de entonces, sólo se le permitió vestir con kimono o con ropa occidental.
A los 18 empezó a padecer sonambulismo, se olvidaba de comer y beber y le fue diagnosticada demencia precoz.
Apenas empezó a mejorar de ese estado, a los 19 años fue obligada a casarse con el conde nipón Sō Takeyuki, con la intención de igualar la realeza coreana con la aristocracia japonesa y de mantener vigilada a la familia real, evitando así que aquélla se convirtiera en un foco para el movimiento de independencia de Corea.
Es de aclarar que ella estuvo en algunas ocasiones en Corea, en el velatorio de su madre en 1929 por ejemplo, muy vigilada por supuesto.
Ella dio a luz a su única hija, Masae (Jeonghye en coreano) el 14 de agosto de 1932, a los 20 años.).
La princesa soñaba con regresar a Corea junto a su hija y criarla como coreana. Pero, a medida que Masae crecía, aquélla fue desarrollando una crisis de identidad (era mitad japonesa y mitad coreana), lo que dio pie a que albergara una profunda ira contra su madre.
No es históricamente posible por lo dicho que haya ocurrido el complot y el bonito discurso que da ante los obreros esclavos coreanos.
A los 21 años Deokhye nuevamente sufrió su enfermedad mental, y después de esto pasó muchos años en varias clínicas psiquiátricas.
Ello llevo a la separación de hecho de su marido y luego el formal divorcio en 1953, el después se volvió a casar con una japonesa.
En 1956, Masae (o Jeonghye ) su hija se suicidó.
Demás esta decir que su deterioro mental iba en aumento.
Lo que sí es cierto de la película, es que el reportero Kim Eul Han persuadió al gobierno coreano para que se le permitiera regresar a su país, el 26 de enero de 1962, el 8 de febrero de ese mismo año recuperó su nacionalidad, bajo el nombre de Lee Deokhye.
Más allá de su deterioro mental se dice que recordaba los modales de la corte aprendidos en su niñez, su etapa feliz.
Se le permitió residir en el Palacio de Changdeokgung (su lugar de nacimiento) y falleció allí mismo 27 años después, el 21 de abril de 1989, con 76 años, suponemos que finalmente encontró un poco de paz, en el final de sus días.
Creemos que para Corea era importante que la última representante de una dinastía de cinco siglos muriera en su suelo.
Más allá de los detalles históricos, combinados con ficción, es una película MUY INTERESANTE.