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España España · Madrid
Voto de kikujiro:
7
Drama. Romance En una plataforma petrolífera, aislada en medio del mar, donde sólo trabajan hombres, ha ocurrido un accidente. Una mujer solitaria y enigmática que intenta huir de su pasado (Sarah Polley) va hasta allí para cuidar de un hombre (Tim Robbins) que se ha quedado temporalmente ciego. Entre ambos nace una extraña intimidad, llena de secretos, verdades, mentiras, humor y dolor. Ninguno saldrá indemne de esta relación que marcará sus vidas ... [+]
12 de febrero de 2006
57 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo decir, en principio, que a mí la Coixet que me emocionó y me conmocionó fue la de "Cosas que nunca te dije", su película más auténtica. La que más me llegó. No participo del éxtasis colectivo que provoca "Mi vida sin mí" (aunque me parece una buena película). "La vida secreta de las palabras" sigue la senda de esta última. Una historia demoledora, un drama tristísimo, pero que no renuncia al optimismo. Más bien, al contrario, es el gran eje sobre el que se sustenta el filme (como también pasaba en su anterior trabajo). Tampoco acaba de llegarme esta última, aunque no sé muy bien por qué. Quizá note una excesiva artificiosidad, quizá se note en demasía la preocupación de la directora por emocionar.

Dicho esto, es innegable la capacidad que tiene Isabel Coixet para contar historias en las que los sentimientos están a flor de piel, historias en las que los silencios tienen una importancia determinante, historias en la que se nos muestra toda la grandeza del ser humano (aunque siempre enmarcadas en situaciones dramáticas).

Es esta una película pausada, en la que la autora se toma su tiempo para ir mostrando los sentimientos de los dos protagonistas, como va creciendo la relación que hay entre ellos, como se van abriendo al mundo... especialmente, una Sarah Polley sobre la que recae el peso de la película. La actriz hace un trabajo descomunal, siendo capaz de captar todos los matices de su personaje, al que es capaz de llevar en volandas en este tremendo viaje interior que supone su estancia en la plataforma petrolífera. Bien secundada por un Tim Robbins bastante correcto, Polley impregna la película con su fuerza y su contención, con sus palabras y sus silencios. Aunque también es cierto que la película se centra tanto en los dos protagonistas, que los personajes secundarios quedan algo desdibujados, mal construidos, o sin ninguna relevancia.

Una película que emocionará a muchos, que habla sobre el eterno tema de la necesidad del amor y sentirse amado, de la muerte en vida, de la resurrección, y de algún que otro tema más, que no voy a desvelar aquí. Sí, se nota demasiado que Coixet quiere emocionar, pero es que Sarah Polley lo consigue con tanta facilidad...
kikujiro
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