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España España · MADRID
Voto de LUNERA:
9
Drama A pesar de haber perdido su trabajo, Michel vive feliz con Marie-Claire desde hace treinta años. Sus hijos y sus nietos los llenan de alegría. Tienen amigos muy cercanos. Están orgullosos de sus actividades sindicales y políticas. Sus conciencias son tan transparentes como sus miradas. Pero ese bienestar salta por los aires cuando dos hombres armados y enmascarados los golpean, los atan y se fugan con sus tarjetas de crédito. (FILMAFFINITY) [+]
28 de abril de 2012
38 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comenta Robert Guédiguian que fue un poema de Victor Hugo titulado "La gente pobre" el que alimentó "Las nieves del Kilimanjaro". El mérito de Robert Guédiguian es haber sido capaz de mostrarnos con total naturalidad como aquellas nieves que en tiempos de Victor Hugo eran perpetuas, ahora se están desmoronando. Y como, a pesar de todo, siguen destilando agua pura.

Robert retrata desde fuera, más como juez que como parte, como se van erosionando algunos de los pilares de nuestra sociedad contemporánea. Retrata el azote del paro en la gente joven (memorable el giro que experimenta la película cuando los sindicalistas son atracados, y desde ese momento son vistos como burgueses por aquellos que realmente no tienen nada). Retrata el conformismo de las clases trabajadoras, incapaces de sacrificar las comodidades adquiridas en su sociedad del "bienestar" (memorable también la escena en la que se muestra a unos hijos incapaces de comprender el sacrificio generoso y desinteresado de sus padres). Retrata el papel de los abuelos en nuestros días, entregados a taponar las heridas que nuestra sociedad provoca en nuestros menores, etc, etc.

Pero Robert también muestra, esta vez desde muy adentro (más como parte que como juez), que a pesar de todo las nieves siguen destilando agua pura. Al igual que Víctor Hugo, Robert cree y apuesta en el hombre, y lo presenta como una víctima de una sociedad que camina hacia un humanismo demasiado materialista. Se esfuerza en empatizar con todos los personajes (por complejas que sean sus circunstancia) y procura sintonizarlos a través de su inteligencia emocional, de sus sentimientos. El delincuente, la madre que abandona a sus hijos, el sindicalista intransigente, todos tienen su porqué. Esa visión esperanzadora nos arrancará algunas lágrimas reconfortantes.

Ahora bien, si el fondo de la historia es profundo y está bien trabajado, tampoco las formas se han descuidado lo más mínimo. No faltan las grúas del puerto en cualquier encuadre con mar de fondo, el mismo mar para los burgueses y para la gente pobre. No faltan las incursiones por las viviendas, comisarías, talleres y calles de barrios humildes por donde discurre la historia. Como tampoco es casual la presencia de un viento racheado e incómodo bajo un cielo gris y plomizo durante buena parte de la peli.

Y todo ello arropado por un reparto que está francamente bien, sin histrionismos ni concesiones gratuitas. Mención especial las interpretaciones de Ariane Ascaride (Marie-Claire) y sobre todo Jean-Pierre Darroussin (Michel), soberbio.

Resumiento, que Robert Guédiguian se ha empeñado en que Las nieves del Kilimanjaro vuelvan a ser perpetuas ... Y eso desde luego es una muy buena noticia !!
LUNERA
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