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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
6
Drama. Romance Una ex corista inglesa, transformada en brillante columnista de Hollywood, se convierte en el principal apoyo e inspiración de F. Scott Fitzgerald. El escritor se encuentra en el ocaso de su carrera y, además, su situación económica es muy precaria debido a los gastos que generan la estancia de su mujer en un hospital psiquiátrico y el internado de su hija. Para hacer frente a sus deudas, acepta un trabajo como guionista mientras trata ... [+]
10 de septiembre de 2008
24 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia parecida a otras: autor de éxito fracasado y alcoholizado escribiendo guiones cutres para sobrevivir conoce a chica lista, ambiciosa, en ciernes de convetirse en la gran columnista del cacareo de Hollywood y lo más seductor: dispuesta dejarse enseñar.
A mí me cabe la gran duda de si se enamoran realmente. ¿Se enamoran? ¿Se autodestruyen? Se utilizan: él para recuperar la pasión por escribir; ella para escalar posiciones en el mundillo.

La pareja no funciona. No hay química.
Deborah persiste en su gélida actitud y pose, cuando por su papel debería rasgarse las vestiduras y echarle desfachatez y pasión al asunto.
Él no está para nada convincente; vamos, que la Deborah no le pone.
Las escenas de esa mujer en la playa son qué curioso, siempre las más sugerentes; también las únicas.
Luego se dedica a poner cara de bobalicona, como si soñara despierta todo el santo día.
Es una buena escena, bien lograda, la de la pelea. Creo que ahí debiera terminar la historia que entre estos dos no cuaja en ningún fotograma.
Un momento tenso... el ataque de ansiedad. Algo que hace presagiar el final, aunque vaya!, parece que todo se intuyera desde el principio.
Peck no luce sus encantos, insisto, porque la Kerr no desata su líbido y viceversa. Está encorvada, demasiado bien peinada a base de insulsos moños. Tanto que parece, se asemeja más a la Primera Dama, esposa del presidente que a una Escarlata dispuesta a comerse el mundo.
En el cine de la época en Hollywood, las rubias son angelicales y ñoñas. Las morenas son fieras.
Es la desventaja de Deborah.
Ni siquiera los diálogos son consistentes (más tratándose de un novelista y una periodista).
Muy floja. Una pelicula, creo, para hacer bulto en la dilatada y formidable carrera de ambos actores. Fin.
Valkiria
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