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Voto de Miquel:
7
6.8
568
Drama. Comedia
Varios directores de la época dorada de Hollywood se reúnen para adaptar los mejores cuentos del escritor americano O. Henry. Son cuatro historias independientes ambientadas en Nueva York, a finales del siglo XIX. El narrador es John Steinbeck. En "La policía y el himno", un vagabundo intenta que lo arresten para poder pasar el invierno en la cárcel. En "La recompensa del Clarion", un policía se ve obligado a detener a un viejo amigo. ... [+]
22 de agosto de 2011
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia dramática que reúne 5 relatos distintos, tomados de la colección de relatos breves de O. Henry, pseudónimo literario del escritor norteamericano William Sydney Porter (1862-1910). Se rueda en los Fox Studios (Century City, L.A, CA). Producida por André Hakim para la Fox, se proyecta por primera vez en público el 7-VIII-1952 (Greensbore, Carolina del Norte, preestreno). La acción tiene lugar entre finales del XIX y los primeros años del XX en NYC. La acción del cuarto relato (“El rescate del jefe indio”) tiene lugar en Summit (Alabama).
Los protagonistas son personas que viven en situaciones económicas precarias, obligados a ingeniárselas para sobrevivir. Comparten penurias, estrecheces, apuros, fracasos, reveses y una decidida voluntad de mantener la ilusión por la vida, la amistad, la ternura, la aceptación resignada de las limitaciones propias y la renuncia a los proyectos imposibles por falta de medios. Los cinco relatos sitúan a los protagonistas en posiciones sumidas en una patética escasez de recursos y en la dolorosa fragilidad de los propios personajes. Éstos reaccionan ante la realidad que les rodea y se reponen mediante los únicos recursos que tienen al alcance, como el asentimiento, la renuncia, la sumisión, la mansedumbre, etc. Los relatos destilan humanidad y realismo, ternura y afanes de sobrevivir sin rencores, ni resentimientos, ni rebeldías, ni problemas de conciencia. Las cinco historias funcionan como visiones distintas, pero complementarias, de una misma realidad: la necesidad personal, familiar, doméstica e íntima de no romper los débiles equilibrios en los que se sostiene la posibilidad de seguir viviendo sin más ambición que la de sobrevivir.
El estilo narrativo de los relatos de O. Henry y de los guiones escritos por profesionales de tanto prestigio como Lamar Trotti, Ben Roberts, Nunnally Jonson y Ben Hetch, Walter Bullock y Richard L. Breen, se caracteriza por su vigor, agilidad, brevedad (20 minutos), capacidad de sorprender e ingenio. El humor se asocia a la amargura, el desengaño, el contratiempo o la solución incompleta de un deseo o una ilusión. La cinta no explica historias de triunfadores, sino de personas normales, comunes, pobres, poco agraciadas, desafortunadas, cercadas por la necesidad y la amenaza constante de la desgracia. Forman un universo de perdedores condenados a sobrevivir transitoriamente, provisionalmente. En cada uno de los protagonistas pesan más la ilusión, la esperanza, la confianza en un futuro mejor y el aprecio que para ellos merecen los valores de su presente, que las causas de su desgarro. El choque que se produce entre las dos partes que forman el mundo dividido y ambivalente de los personajes da lugar a situaciones irónicas, cómicas, hilarantes, nunca exentas de una ácida crítica social implícita, callada o dicha mediante elipsis sutiles, engañosamente suaves o aparentemente superficiales.
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Los protagonistas son personas que viven en situaciones económicas precarias, obligados a ingeniárselas para sobrevivir. Comparten penurias, estrecheces, apuros, fracasos, reveses y una decidida voluntad de mantener la ilusión por la vida, la amistad, la ternura, la aceptación resignada de las limitaciones propias y la renuncia a los proyectos imposibles por falta de medios. Los cinco relatos sitúan a los protagonistas en posiciones sumidas en una patética escasez de recursos y en la dolorosa fragilidad de los propios personajes. Éstos reaccionan ante la realidad que les rodea y se reponen mediante los únicos recursos que tienen al alcance, como el asentimiento, la renuncia, la sumisión, la mansedumbre, etc. Los relatos destilan humanidad y realismo, ternura y afanes de sobrevivir sin rencores, ni resentimientos, ni rebeldías, ni problemas de conciencia. Las cinco historias funcionan como visiones distintas, pero complementarias, de una misma realidad: la necesidad personal, familiar, doméstica e íntima de no romper los débiles equilibrios en los que se sostiene la posibilidad de seguir viviendo sin más ambición que la de sobrevivir.
El estilo narrativo de los relatos de O. Henry y de los guiones escritos por profesionales de tanto prestigio como Lamar Trotti, Ben Roberts, Nunnally Jonson y Ben Hetch, Walter Bullock y Richard L. Breen, se caracteriza por su vigor, agilidad, brevedad (20 minutos), capacidad de sorprender e ingenio. El humor se asocia a la amargura, el desengaño, el contratiempo o la solución incompleta de un deseo o una ilusión. La cinta no explica historias de triunfadores, sino de personas normales, comunes, pobres, poco agraciadas, desafortunadas, cercadas por la necesidad y la amenaza constante de la desgracia. Forman un universo de perdedores condenados a sobrevivir transitoriamente, provisionalmente. En cada uno de los protagonistas pesan más la ilusión, la esperanza, la confianza en un futuro mejor y el aprecio que para ellos merecen los valores de su presente, que las causas de su desgarro. El choque que se produce entre las dos partes que forman el mundo dividido y ambivalente de los personajes da lugar a situaciones irónicas, cómicas, hilarantes, nunca exentas de una ácida crítica social implícita, callada o dicha mediante elipsis sutiles, engañosamente suaves o aparentemente superficiales.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
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El film reúne una representación destacada de los mejores profesionales de Hollywood de los años 50. Ahí están los realizadores Henry Koster, Henry Hathaway, Jean Negulesco, Howard Hawks y Henri King. La calidad de los relatos es en todos los casos elevada y se enmarca siempre en situaciones de tensión e intriga. Son trabajos esmerados, realizados con afición y entrega, afanes de perfección y deseos de rendir a O. Henry un homenaje merecido y en buena medida debido a un autor acreditado y de mérito. Las interpretaciones de Laughton, Richard Widmarck, Anne Baxter, Ratoff y otras son convincentes y gratificantes. Marilyn tiene una aparición deslumbrante, pese a su extrema brevedad o tal vez por esto.
La banda sonora, de Alfred Newman, de concepción y ejecución unitaria, sirve para dar a la obra un componente importante de unidad formal y coherencia estilística. En la versión española ésta se ve interrumpida por el añadido del relato de H. Hawks doblado con voces y técnicas posteriores a las de los otros cuatro. El hecho responde a la supresión del capítulo de Hawks cuando se estrenó la cinta y su añadido posterior, como pone de manifiesto el título español del film. La fotografía, de Lloyd Ahern, Lucien Ballard, Milton R. Krasner y Joseph MacDonald, rodada íntegramente en estudio, en B/N, realza visualmente la ironía amarga y la comicidad melancólica del conjunto del film. En varias tomas Laughton rinde homenaje visual de simpatía y admiración a Charlot, cuyas posturas imita con singular gracia y acierto.
Pese a la calidad de todos los relatos, posiblemente los mejores son el primero (“El policía y el himno”), protagonizado por un extraordinario Laughton, y el segundo (“El anuncio del diario Clarion”), protagonizado por Widmarck. El más melodramático es el tercero (“La última hoja”). El que más me ha sorprendido y divertido es el cuarto (“El rescate del jefe indio”). El más emocionante es el último (“El regalo de los Magos”). Se trata de una obra pequeña y modesta, pero disfrutable.
El film reúne una representación destacada de los mejores profesionales de Hollywood de los años 50. Ahí están los realizadores Henry Koster, Henry Hathaway, Jean Negulesco, Howard Hawks y Henri King. La calidad de los relatos es en todos los casos elevada y se enmarca siempre en situaciones de tensión e intriga. Son trabajos esmerados, realizados con afición y entrega, afanes de perfección y deseos de rendir a O. Henry un homenaje merecido y en buena medida debido a un autor acreditado y de mérito. Las interpretaciones de Laughton, Richard Widmarck, Anne Baxter, Ratoff y otras son convincentes y gratificantes. Marilyn tiene una aparición deslumbrante, pese a su extrema brevedad o tal vez por esto.
La banda sonora, de Alfred Newman, de concepción y ejecución unitaria, sirve para dar a la obra un componente importante de unidad formal y coherencia estilística. En la versión española ésta se ve interrumpida por el añadido del relato de H. Hawks doblado con voces y técnicas posteriores a las de los otros cuatro. El hecho responde a la supresión del capítulo de Hawks cuando se estrenó la cinta y su añadido posterior, como pone de manifiesto el título español del film. La fotografía, de Lloyd Ahern, Lucien Ballard, Milton R. Krasner y Joseph MacDonald, rodada íntegramente en estudio, en B/N, realza visualmente la ironía amarga y la comicidad melancólica del conjunto del film. En varias tomas Laughton rinde homenaje visual de simpatía y admiración a Charlot, cuyas posturas imita con singular gracia y acierto.
Pese a la calidad de todos los relatos, posiblemente los mejores son el primero (“El policía y el himno”), protagonizado por un extraordinario Laughton, y el segundo (“El anuncio del diario Clarion”), protagonizado por Widmarck. El más melodramático es el tercero (“La última hoja”). El que más me ha sorprendido y divertido es el cuarto (“El rescate del jefe indio”). El más emocionante es el último (“El regalo de los Magos”). Se trata de una obra pequeña y modesta, pero disfrutable.