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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
7
Aventuras Sir Percy Blakeney es un dandy miembro de la aristocracia inglesa, que en realidad oculta la identidad de La Pimpinela Escarlata, un héroe justiciero que combate las injusticias de la Revolución Francesa rescatando a sus víctimas de la guillotina y trasladándolas a un lugar seguro en Inglaterra. (FILMAFFINITY)
8 de octubre de 2006
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producida por la compañía London Films, fue dirigida por Harold Young. Adapta la obra de teatro (1905) y la novela (1907) "The Scarlet Pimpernel", de la baronesa Emmuska Orczy. Se rodó en b/n en Denham Studio (Denham, RU), donde Vincent Korda montó unos decorados notables. Dio lugar a numerosos remakes y adaptaciones a TV. El productor fue Alexander Korda.

La acción tiene lugar en Londres y París a partir de finales de septiembre de 1792, cuando Robespierre y los jacobinos imponen en Francia un régimen de terror. Narra la historia de Percy Blakeney (Leslie Howard), casado con lady Marguerite (Merle Oberon), líder de una sociedad secreta de aristócratas ingleses dedicada a salvar de la guillotina a aristócratas franceses. Oculta su personalidad bajo la apariencia pública de un joven frívolo, presumido y afeminado. Robespierre envía a Londres a Chauvelin (Bernard-François, marqués de Chauvelin) para descubrir la identidad de Pimpinela Escarlata y desarticular su organización secreta.

La película se basa en la historia de un héroe de doble identidad, que entronca con la tradición secular de los relatos populares europeos. Pimpinela Escarlata (1905) se anticipa a "El Zorro" (1919), de Johnston McCulley, y "Batman" (1939), de Robert Kane. Pimpinela incorpora virtudes de héroes anteriores como el arrojo de Robin Hood, la tenacidad de El Quijote y la inteligencia de Sherlock Holmes. La obra de la baronesa Orczy desborda simpatía por la aristocracia y una no disimulada aversión a las clases trabajadoras. Sus filias y fobias la llevan a dar una visión distorsionada de algunos hechos y su escasa afición por la investigación le hace cometer algunos errores (Chauvelin sobrevivió a Robespierre, fue oficial del ejército de Napoleón y diputado liberal de la Restauración). Olvida que la Revolución francesa aportó el Estado de derecho, la división de poderes, la soberanía popular, el imperio de la ley y los valores de la libertad, igualdad y solidaridad como eje vertebrador de la convivencia social. El film construye una trama entretenida, a la que dota de tensión dramática, con los riesgos que asume el héroe, el enfriamiento de sus relaciones con Marguerite, la persecución de que es objeto por el villano Chauvelin y la trampa que le tiende para atraparlo. Es destacable la hábil caracterización de personajes de la época, como el Príncipe de Gales (Nigel Bruce).

La música aporta melodías que animan la acción, el sentido de la aventura y la lucha del bien contra el mal. La fotografía crea composiciones de excelente claroscuro y magnífico dibujo. El guión, pese a ingenuidades de la época, contiene diálogos bien construidos y aporta un relato entretenido y absorbente, que incluye algunos trazos innecesarios de patrioterismo inglés. Las interpretaciones de Howard, Oberon y Massey son memorables. La dirección aporta un adecuado y grato pulso narrativo.

Película de los años 30, de gran interés para los aficionados al cine clásico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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