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Voto de Miquel:
7
6.1
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Drama. Aventuras
En un país hispanoamericano, Shark, un aventurero europeo, se enfrenta a la represión encabezada por el capitán Ferrero. Tras varias peripecias, Shark huye en una embarcación con la prostituta Djin, el rebelde Castin, el padre Lizzardi y la joven María. En la huida, los prófugos tendrán que enfrentarse a los peligros de la selva amazónica y a las pasiones que se desatan entre ellos. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2009
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film de aventuras realizado por Luis Buñuel en Méjico con financiación francesa. El guión, de Luis Alcoriza, Luis Buñuel y Raymond Queneau, con diálogos de Raymond Queneau, Gabriel Arout y Jorge Stahl Jr., adapta la novela “La mort en ce jardin” (1955), de José-André Lacour. Se rueda en escenarios naturales de Méjico (Veracruz, Texcoco...) y en platós de Tepayac Studios (Méjico). Producido por David Mage para Tepeyac y Dismage, se estrena el 21-IX-1956 (Francia).
La acción dramática tiene lugar en un país sudamericano indeterminado próximo a la frontera de Brasil, con abundante producción minera de diamantes. El aventurero europeo Shark (Marchal) llega al país en el momento en el que, tras un golpe de estado de militares fascistas, las explotaciones mineras son confiscadas sin contrapartidas. Los trabajadores se oponen a las decisiones gubernamentales con movilizaciones y manifestaciones de protesta, que son violentamente reprimidas. Shark es detenido y acusado falsamente de agente revolucionario extranjero, pero logra escapar a la jungla con el revolucionario Castin (Vanal), su hija sordomuda María (Girardon), la prostituta Djin (Signoret) y el sacerdote católico padre Lizardi (Piccoli).
El film suma aventuras, acción y drama. Se divide en dos partes diferenciadas: el levantamiento popular contra el régimen militar del capitán Ferrero (Hoyos) y la travesía de la jungla que separa el país de la frontera brasileña. La primera parte exploralas consecuencias de la violencia institucional contra los ciudadanos, la supresión de las garantías jurídicas de las personas, la abolición de los derechos de reunión y manifestación, la creación dolosa de falsas pruebas para incriminar a los supuestos líderes de la revuelta y la extensión de la opresión y las represalias como métodos de gobierno. La segunda parte muestra cómo un grupo reducido de personas civilizadas, perdidas en la jungla en condiciones extremas, se puede ver inmerso en un proceso de degradación y enfrentamientos a impulsos del desbordamiento de las pasiones (celos, envidia, codicia, etc.). En este contexto es posible que se creen situaciones de desesperación y de locura.
Buñuel pone al servicio del relato su afición al análisis psicológico como medio para identificar y describir los procesos que afectan a los actores, sus causas y consecuencias. Muestra cómo en circunstancias extremas se puede asociar un deterioro severo de la convivencia y acciones de generosidad y heroísmo. De acuerdo con lo que es habitual en Buñuel, no hay individuos buenos e individuos malos, sino que todos interiorizan porciones de bien y de mal, en medidas diferentes y variables. De todos modos, la sordomuda Mary es el personaje que más se acerca a la personificación de la inocencia, encarnación del bien, y Shark es la figura pragmática y realista que mejor encarna el mal.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en un país sudamericano indeterminado próximo a la frontera de Brasil, con abundante producción minera de diamantes. El aventurero europeo Shark (Marchal) llega al país en el momento en el que, tras un golpe de estado de militares fascistas, las explotaciones mineras son confiscadas sin contrapartidas. Los trabajadores se oponen a las decisiones gubernamentales con movilizaciones y manifestaciones de protesta, que son violentamente reprimidas. Shark es detenido y acusado falsamente de agente revolucionario extranjero, pero logra escapar a la jungla con el revolucionario Castin (Vanal), su hija sordomuda María (Girardon), la prostituta Djin (Signoret) y el sacerdote católico padre Lizardi (Piccoli).
El film suma aventuras, acción y drama. Se divide en dos partes diferenciadas: el levantamiento popular contra el régimen militar del capitán Ferrero (Hoyos) y la travesía de la jungla que separa el país de la frontera brasileña. La primera parte exploralas consecuencias de la violencia institucional contra los ciudadanos, la supresión de las garantías jurídicas de las personas, la abolición de los derechos de reunión y manifestación, la creación dolosa de falsas pruebas para incriminar a los supuestos líderes de la revuelta y la extensión de la opresión y las represalias como métodos de gobierno. La segunda parte muestra cómo un grupo reducido de personas civilizadas, perdidas en la jungla en condiciones extremas, se puede ver inmerso en un proceso de degradación y enfrentamientos a impulsos del desbordamiento de las pasiones (celos, envidia, codicia, etc.). En este contexto es posible que se creen situaciones de desesperación y de locura.
Buñuel pone al servicio del relato su afición al análisis psicológico como medio para identificar y describir los procesos que afectan a los actores, sus causas y consecuencias. Muestra cómo en circunstancias extremas se puede asociar un deterioro severo de la convivencia y acciones de generosidad y heroísmo. De acuerdo con lo que es habitual en Buñuel, no hay individuos buenos e individuos malos, sino que todos interiorizan porciones de bien y de mal, en medidas diferentes y variables. De todos modos, la sordomuda Mary es el personaje que más se acerca a la personificación de la inocencia, encarnación del bien, y Shark es la figura pragmática y realista que mejor encarna el mal.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El film contiene menos surrealismo que los trabajos habituales del autor. Pese a ello, están presentes sus obsesiones, como la religión, el culto religioso, las personas religiosas, etc. Su actitud en relación con la religión católica es crítica y combativa. Presenta la iglesia (templo) como un espacio destinado a prisión; el misionero es una persona sincera, honesta y coherente, pero ineficaz; las ceremonias de culto son ocasión y pretexto de acciones punitivas por parte de los milicianos. El ejército, otra de las fijaciones del realizador, deviene instrumento de coacción y agresión de los ciudadanos. En vez de salvaguardar la paz, impone la opresión. Denuncia la pena de muerte, las detenciones ilegales, las obsesiones xenófobas.
Como en otras cintas, Buñuel muestra su preocupación por las armas de fuego puestas en manos de locos y enajenados. Los fetiches habituales de Buñuel están presentes (botas, pies, piernas, campanillas, cajas misteriosas, grandes hebillas, relojes...). Su afición a los insectos se muestra en el plano del libro de oraciones y en el encuadre de la serpiente devorada por hormigas, etc. Hace uso de símbolos, alegorías y sugerencias: la vela encendida simboliza el deseo sexual, el gato blanco evoca la mala suerte, los gallos y gallinas delatan la presencia de la irracionalidad, un ostentoso loro verde denuncia la estupidez de un grupo de militares. Los defectos físicos están representados por la sordera de nacimiento de María. El aporte surrealista viene ampliado por el carácter imposible o increíble de algunos desarrollos de la acción en la selva, que los equipara a ensoñaciones, sueños o delirios.
La cinta se presenta pletórica de acción. Las interpretaciones son del nivel propio de un elenco notable, con Signoret, Marchal, Vanel y un jovencísimo Michel Piccoli en su primera colaboración con Buñuel. Los caracteres están bien construidos y bien diferenciados: el aventurero anarquista, la prostituta generosa, el minero enriquecido, la sordomuda cándida, el líder militar fanático... El rodaje fue difícil por la necesidad de escribir el guión a medida que avanzaba la acción y por las añoranzas que afectaron a Signoret. Son escenas memorables la de la ejecución pública de un patriota, el brindis con champán en la jungla, la coartada que el misionero compone a favor del revolucionario, etc.
La música, de Paul Misraki (“Mr. Arkadin”, Welles, 1955), brinda una cautivadora composición para solo de guitarra. La fotografía, de Jorge Stahl Jr., en color (eastmancolor) y scope, desarrolla una narración visual realista con sutiles añadidos surrealistas y toques propios del realizador.
Como en otras cintas, Buñuel muestra su preocupación por las armas de fuego puestas en manos de locos y enajenados. Los fetiches habituales de Buñuel están presentes (botas, pies, piernas, campanillas, cajas misteriosas, grandes hebillas, relojes...). Su afición a los insectos se muestra en el plano del libro de oraciones y en el encuadre de la serpiente devorada por hormigas, etc. Hace uso de símbolos, alegorías y sugerencias: la vela encendida simboliza el deseo sexual, el gato blanco evoca la mala suerte, los gallos y gallinas delatan la presencia de la irracionalidad, un ostentoso loro verde denuncia la estupidez de un grupo de militares. Los defectos físicos están representados por la sordera de nacimiento de María. El aporte surrealista viene ampliado por el carácter imposible o increíble de algunos desarrollos de la acción en la selva, que los equipara a ensoñaciones, sueños o delirios.
La cinta se presenta pletórica de acción. Las interpretaciones son del nivel propio de un elenco notable, con Signoret, Marchal, Vanel y un jovencísimo Michel Piccoli en su primera colaboración con Buñuel. Los caracteres están bien construidos y bien diferenciados: el aventurero anarquista, la prostituta generosa, el minero enriquecido, la sordomuda cándida, el líder militar fanático... El rodaje fue difícil por la necesidad de escribir el guión a medida que avanzaba la acción y por las añoranzas que afectaron a Signoret. Son escenas memorables la de la ejecución pública de un patriota, el brindis con champán en la jungla, la coartada que el misionero compone a favor del revolucionario, etc.
La música, de Paul Misraki (“Mr. Arkadin”, Welles, 1955), brinda una cautivadora composición para solo de guitarra. La fotografía, de Jorge Stahl Jr., en color (eastmancolor) y scope, desarrolla una narración visual realista con sutiles añadidos surrealistas y toques propios del realizador.