Casi todas las películas de futuro distópico suelen ser una metáfora más o menos obvia de la realidad actual, cosa que aquí resulta muy deprimente ya que muestra un Estados Unidos post apocalíptico, luego de que el gobierno decidiera exterminar a más de la mitad de los habitantes del país rociando gas venenoso sobre la población civil. Provocando que reine la anarquía y las pandillas tribales sanguinarias a lo largo de los estados. En ese contexto una pareja que decide emprender un viaje casi suicida de 300 kilómetros.
Intensa, es tal cuál lo que se espera que sea, un festival de sangre, violencia, y un análisis del comportamiento humano en un mundo sin justicia, donde la única ley que prima es la del más fuerte y más armado. Me gusta como esas pandillas son una alegoría de las tribus virtuales que hay ahora, qué pasaría si toda esa gente que se la pasa discutiendo y lanzándose amenazas de muerte en las redes sociales, pasará a hacerlo en la realidad y no hubiera un gobierno para reprimirlos. Como también mantenerse civilizado en un mundo salvaje, eso es lo que intentan los protagonistas, y de paso reencontrar el amor que alguna vez sintieron el uno por el otro.
Interesante los diferentes personajes que se encuentran en el camino, y como la falta de restricciones sociales, legales y morales fomenta todo tipo de comportamientos, en general negativos.