La primera película en la que Fernando Ayala fungió también como productor, desde esa en adelante todas las películas que dirigiera, también las produciría, fundando su propia productora Aries en asociación con Olivera.
Al ser un productor independiente, Ayala elige un tema más social, escribe el guión con uno de los escritores más destacados de su generación, David Viñas, en una historia cuyo protagonista es una clara metáfora de Perón, un jefe que hace sentir importante a una banda, para que estos hagan lo que él quiere, los hace creer que pueden comerse al mundo y cuando el mundo se los come, los traiciona, sirve tanto para describir a Perón, como a cualquier otro demagogo.
La trama está bien llevada, mezclando el drama con el policial, aunque es excesivamente dialogada y explicativa, subraya un montón, y las interpretaciones en ciertos momentos se resienten por ese desborde innecesario.