Hacía años que iba detrás de esta película por estar basada en una maravillosa novela, preciosa, de las más bonitas que he leído últimamente y que, sobre todo, es muy especial para mí por ser un regalo de una persona todavía más especial, así que quizás mi crítica esté algo condicionada por todo esto. Coincido plenamente con uno de los usuarios en que la fotografía es impresionante y le da a la cinta un toque muy especial, los paisajes son abrumadores, tanto como la niebla que acompaña a los marineros, y la música de Newton Howard es una maravilla que le va a cada escena como anillo al dedo. No es una película redonda, ni mucho menos, puede hacerse algo lenta y liosa en ciertos momentos por el abuso de flashbacks, pero a mí me ha gustado por lo dicho anteriormente y porque tiene un conjunto de actores que cumplen más que bien con sus papeles, empezando por Ethan Hawke, que se está conviertiendo en uno de los actores más interesantes de su generación, así como los veteranos Von Sydow y Cronwell, más que correctos, y una bellisima Youki Kudoh, una actriz muy a tener en cuenta, por lo menos para mí. Sam Shephard vuelve a tener un papel muy pequeño, que como le pasara en El diario de Noah, no nos deja disfrutar de este maravilloso actor como debiéramos.