Arma letal 3 forma parte de una saga que se inició en el 87 que estuvo en el top de películas famosas. Llegar a una tercera entrega puede significar algo bueno si reconocemos que la serie logra mantenerse fresca y divertida.
Superdetective en Hollywood o Límite 48 horas son ejemplo de otras, anteriores, que utilizaron esta fórmula de poli no sé cómo decirlo, estrafalario, atípico tal vez, metido en grandes líos y volviendo loco al personal.
Estas franquicias enganchan al público por una parte gracias a un perfecto guion de los protagonistas, siempre antagonistas, como la noche y el día. Aquí están el entrañable Martin Riggs y el Sargento Murtaugh que después de conocerse en el ámbito profesional llegan a convertir su amistad, pues la verdad sea dicha, en una amistad tan compenetrada y querida que da envidia, envidia sana, y así es, no lo neguemos.
Estos dos polis, con sus andanzas y su palabrería, asustando a sus colegas y por otra parte añadiendo dosis de acción seria, rematan el formato de este cine que tan buenos resultados da. Encima también combina perfectamente las relaciones sentimentales, en este caso con una estupenda Rene Russo. Inolvidable ese primer contacto en el ascensor con ambos policías y la agente de Asuntos Internos, porque Riggs estará loco, pero es a ratos y cuando no, sabe vacilar muy bien y resulta de lo más divertido. Y luego Joe Pesci dando cuartel también, pues otro acierto.
Indudablemente, película con encanto. Y lo mejor es que aún queda otro episodio.
Se diga lo que se diga, Mel siempre será un crack.