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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
8
Comedia Un grupo de turistas americanas hace un viaje por Europa, que prevé la visita de una capital por día. Al llegar a París, se dan cuenta de que el aeropuerto es exactamente igual al de Roma, de que las carreteras son idénticas a las de Hamburgo y que las farolas guardan un curioso parecido con las de Nueva York. En resumidas cuentas, el escenario no cambia de una ciudad a otra. Y ya que no pueden conocer París, se conformarán con pasar ... [+]
3 de agosto de 2008
29 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tati lo tenía claro, podía estar equivocado, pero lo tenía claro. Hay gente que sin tenerlo claro se pone a dictar leyes para todo y toma decisiones con la creencia de ser un dios, y luego ya veremos. Esas personas son las que están subidas en los coches de la rotonda, dan vueltas y vueltas, son la pareja del que va en la moto subiendo y bajando como en los caballitos del tío vivo.
Tati nos muestra al indeciso, va, viene, entra, sale... Pero es él. Los demás son los borregos que llegan de viaje y son conducidos por el guía turístico de aquí para allá. No hacemos más que lo que nos dicen en la tele, por ejemplo, el guía de hoy día. Esa es la verdad.
Pero aquí Tati nos enseña otras personas, personas trabajadoras, obreros, los que se dedican a servir; ellos son los que resuelven si nos damos cuenta. El camarero sienta a los clientes, decide, y éstos esperan. El cocinero en su ventanuco es Napoleón, el portero les abre la puerta a los demás y se lo creen (no hay puerta). El cliente que se cae del taburete lo hace una y otra vez, porque le ayudan a levantarse, es un ser anónimo, pequeño y vestido de negro, pero como siga alguién vendrá y le plantará para que no se mueva. Coño, si se lo estaba pasando bien.
Las casas son de cristal, en realidad se reflejan unas de otras y los movimientos de un individuo repercuten en el del vecino, es un vaivén como las olas del mar.
Y ojo al dato, otra crítica: el camarero que se rompe los pantalones sufre el acoso de los buitres de sus compañeros. Como la vida misma. El obrero que tiene un percance será el objetivo de los demás, no pararán hasta dejarle en harapos. La vida misma.
floïd blue
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