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Voto de Antonio Morales:
7
Drama A su llegada a París, un grupo de rock es recibido por admiradores, periodistas y fotógrafos entre vítores y aplausos. Larry Kelly, el mánager del grupo, que, en otro tiempo, había organizado las giras de María Callas, va a verla al apartamento, donde la diva vive completamente aislada e intenta convencerla para que participe en un espectáculo especial que llevaría el nombre de "Callas Forever". Pero la famosa cantante de ópera ya no es ... [+]
18 de enero de 2014
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Franco Zeffirelli, el director y amigo de la diva, que ha dirigido grandes montajes operísticos, se cuida de dejarlo claro desde los títulos de crédito del film: “Los hechos y los personajes representados en esta película son producto de mis recuerdos y fantasías”. El cineasta aborda a sus casi 80 años, uno de sus films más arriesgados y originales, una reflexión sobre el arte, el ocaso del éxito y la gloria, en este caso personalizado en la diva de la ópera, la griega María Callas, mostrando su carácter pasional y rebelde. A los que somos fans de la Callas y de la lírica en general, como es mi caso, esta película recrea un tiempo y una época, sus mejores arias, los últimos días de la diva edulcorados bajo la reflexión del compromiso del artista con su público, su ética profesional, la autenticidad del artista sin adulterar su arte.

Zeffirelli se ha atrevido a especular sobre el último año de la Callas. Es cierto que vivió sus últimos días en el Boulevard George Mandel de la ciudad de París, también es cierto que nunca interpretó la ópera “Carmen” (personaje que suele cantar una mezzosoprano) en un escenario, tan sólo la grabó en disco (su voz era de soprano dramática) y de ahí nace en cierto modo el argumento del film. Especulando la posibilidad de que la diva (Fanny Ardant) aceptara a instancias de su antiguo representante Larry Kelly (Jeremy Irons), protagonizar una película-ópera sobre la “Carmen” de Bizet. De este modo, el cineasta logra un doble objetivo. Por un lado, parece hacer realidad el sueño de todo melómano, ver a la Callas en la gran pantalla interpretando la ópera que nunca hizo en el teatro, y probablemente su propio sueño insatisfecho de haber dirigido ese hipotético film.

Pero, yendo más lejos, “Callas Forever” se erige en una profunda digresión sobre los límites del cine a la hora de captar determinadas parcelas del arte: la diva acepta filmar esa inexistente “Carmen” dirigida por el realizador español Esteban Gómez (Manuel de Blas), en lo que parece un guiño a Carlos Saura. Pues su voz es una grabación de tiempos pretéritos y no la suya actual, en franca decadencia, por lo tanto un fraude al manipular el arte. Aunque la técnica lo permita y se puedan crear maravillas, carece de honestidad, y nunca podrá reemplazar la verdad que constituye la esencia de la creación artística.

De este modo, el film no es tanto una audaz aproximación a la mítica diva como, sobre todo, un reconocimiento explícito de que es imposible hacer una película sobre la Callas, sin la auténtica Callas. Consecuente con este planteamiento, Zefirelli construye el film proponiendo al espectador mínimamente interesado en la ópera, el cine y la cultura en general un maravilloso juego que mezcla lo real con lo ficticio: todo en la película, desde la homosexualidad de Larry – que puede entenderse como un guiño a Visconti, de quien Zeffirelli fue ayudante de dirección – hasta la recreación de esa “Carmen” soñada y nunca realizada, obedece a ese propósito crítico y, en el fondo transgresor. Una película sin prejuicios, con un rotundo desprecio a las actuales modas y tendencias del cine de hoy. El cineasta demuestra, que en ocasiones, no hay mayor provocación ni mejor forma de transgredir los límites de la cultura socialmente aceptada que ser uno mismo y hacer gala de esa personalidad propia hasta sus últimas consecuencias.
Antonio Morales
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