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Voto de Antonio Morales:
6
Drama Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) un destacamento republicano ocupa un caserón próximo al frente. La hija menor del propietario se enamora de uno de los soldados, un joven sacerdote que pretende mantener oculta su condición. (FILMAFFINITY)
15 de abril de 2016
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres teóricos y cinéfilos entonces, que confluyeron en esta adaptación de la obra homónima de Jaime Salom, tres personajes para mí entrañables, que forman parte del proceso de aprendizaje en el amor al cine. A Manuel Villegas lo conocí a través de dos de sus libros, “Charles Chaplin, El genio del cine”, un libro imprescindible para conocer la vida y obra del cineasta inglés; y su famoso libro “Los grandes nombres del cine”, un compendio de lo que había que conocer y admirar sobre el séptimo arte. De Garci, admiré sus programas de televisión divulgativos sobre cine, entre los que destaca “Qué grande es el cine” con sus animados coloquios, además de su carrera cinematográfica. Y de Carlos Pumares siempre recordaré su programa radiofónico nocturno “Polvo de estrellas”, donde mantuve animadas y enconadas charlas, no sólo cinematográficas, pues también hablábamos de gastronomía de música y de tantas otras cosas, es por ello que los tres forman parte de un pasado imborrable para mí.

Y después de este preámbulo nostálgico lleno de melancolía, por lo que fue y por lo que nunca volverá, tengo que decir que “La casa de las chivas” es una película sobre la Guerra Civil española, durante el verano de 1938, basada en la obra teatral de Jaime Salom, como he apuntado anteriormente, escritor atrevido y osado, que escribía sobre temas tabúes, de la que se extraen múltiples lecturas sobre los seres humanos en situaciones límite. Un microcosmos donde se ve retratada toda la sociedad, con muchas más miserias que virtudes, adulterio, odio, rencor, hambre física y sexual, la cara más cruel de la mezquindad humana, en medio de una fratricida y barbarie guerra entre españoles. Pasiones primarias donde la mujer se lleva la peor parte.

León Klimovsky, cineasta todoterreno, filma admirablemente un conflicto humano desolador. Viéndose en el film cómo una leve apertura de la censura, una bocanada de aire fresco, lo cual animó al público a acudir a las salas. Abordando como nunca hasta entonces, una trama de prostitución y miseria moral, donde se recrean personajes y soldados del frente republicano, la triste historia de los perdedores. La vida y la muerte se dan la mano planeando como una sombra que los cubre sin poder escapar a su destino. Encarnados por un puñado de actores que asumen estupendamente sus personajes, desde la mujer de vuelta de todo hasta su adolescente hermana ansiosa por vivir experiencias nuevas, desde un clérigo vocacional hasta un joven e inexperto soldado, incluso uno de los personajes define con una sola frase la situación: “Estamos en guerra y hay que vivir deprisa”.
Antonio Morales
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