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Voto de Vivoleyendo:
9
Romance. Drama Veronica y Boris son dos enamorados de Moscú que se ven obligados a separarse cuando estalla la Segunda Guerra Mundial y Boris es reclutado como soldado para ir al frente a luchar. (FILMAFFINITY)
7 de diciembre de 2008
47 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 22 de junio de 1941, un cálido verano dora las calles de Moscú y alarga considerablemente el resplandor del sol.
Verónica y Boris corretean felices, ebrios de juventud y de amor, mirando al cielo y observando la formación en V de una bandada de grullas en su vuelo migratorio. Verónica les canta una canción. Ellas llevan en sus alas la felicidad presente, que durará lo mismo que dure el paso de las aves sobre el cielo de la ciudad.
Porque ese mismo resplandeciente día de verano, que guarda tantas promesas, Alemania declara la guerra a la Unión Soviética. Y entonces el verano se enfría y se ensombrece. La alegría detiene en seco su baile pizpireto y se esfuma.
Los oscuros ojos rasgados de Verónica se pueblan de temor. Boris irá al frente. Se unirá al Ejército Rojo.
Lo apartarán de su lado.
Marchará hacia la destrucción.
Y para ella, la Ardilla (el apodo cariñoso con que él la ha bautizado), comienza el calvario.
La guerra empieza a asolar Moscú, las alarmas de ataque aéreo zumban, la gente corre despavorida a refugiarse en los túneles del metro. Las bombas caen, matando. La vida se transforma en puro miedo, en mera supervivencia tratando de insensibilizar el corazón y los sentidos.
Verónica lo pierde todo. Y Boris no le escribe. Sólo le queda la esperanza.
Y el horror sigue. Y el silencio de Boris. Y la traición forzosa de Verónica a sus sentimientos, que pesará sobre ella como si hubieran cargado el mundo sobre sus hombros…
El virtuosismo de la cámara es inaudito. Vemos cómo el objetivo sigue incansablemente a Verónica a través de muchedumbres, cómo capta unos primeros planos capaces de dejar sin aliento, cómo enfoca desde ángulos audaces, cómo contagia el terror, la desesperación de la muchacha mientras corre sin saber hacia dónde se dirige, cómo es capaz de fundirse con los sentimientos y con los estados de ánimo. La prodigiosa fotografía no sólo es testigo, sino también personaje propio, no mira en silencio, sino que habla con elocuencia y forma parte de Verónica, y también de Boris. Anda junto a ellos, se confabula con su amor, le duele su separación, desaprueba la traición, se compadece, llora lágrimas que resbalan sobre las mejillas suaves de Verónica…
Pero las grullas volverán a sobrevolar Moscú, ajenas a la maldad humana, trayendo esperanza y renovación.
Kalatozov sorprendió con esta hermosa y sublime muestra de cine europeo, con este drama romántico ambientado en tiempos de la Segunda Guerra Mundial bastante desconocido, pero sin lugar a dudas uno de los ejemplos más maravillosos del género romántico-bélico.
Vivoleyendo
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