Accedí a esta serie después de leer "Diario de un joven médico" un compendio de relatos cortos de Mijaíl Bulgákov, basada en su experiencia como médico rural. Aunque los guionistas introducen significativas variaciones del texto original, cabe decir que son con atino y aportan un bello homenaje a la literatura y vida de Bulgákov, uno de los muchos médicos que decidieron (por suerte) a meterse a escritor.

La serie se estructura en capítulos cortos (algo que, personalmente, agradezco un montón), donde vemos desfilar, con una gran dosis de humor negro, pintorescos personajes (enfermeros, matronas y enfermos) que conformaban la Rúsia rural de principio de siglo donde sucede la historia. La serie, como el libro, empieza cuando un joven e inexperto médico (Daniel Radcliffe) llega a un hospital rural que tiene asignado. En él, se encontrará aislado del mundo y deberá gestionar la desazón y los diferentes conflictos de amor-odio que la ejerción médica le enseñará. En estas disertaciones participa su "yo mayor" (Jon Hamm) -aquí está el punto fuerte de la serie- que parece venir del futuro para mantener surrealistas conversaciones plagadas de humor negro con su yo más joven, que por otro lado, parece poner empeño en no escuchar. De este modo, el médico maduro reflexiona sobre su vida y su pasado, en un ejercicio audiovisual muy interesante.

En definitiva, recomendadísima serie con una buena puesta en escena y con dialogos, a la par que surrealistas, logrados y veraces. Cabe destacar las interpretaciones del dueto y el elenco que los acompaña.