Richard (Ron Livingston) lleva una vida ordenada, sus padres son una pareja de snobs acomodados, está comprometido con la encantadora Ellen (Neve Campbell) y su carrera como escritor de libros de autocontrol comienza a despegar. Pero su vida da un cambio radical cuando su hermano le descubre que es adoptado y tras contratar a un investigador descubre que sus verdaderos padres son los Basura (Danny DeVito y Kathy Bates), una pareja ordinaria y deslenguada que pondrán a prueba sus supuestos valores.

Una familia perfecta es algo así como la hermana bastarda de Los padres de ella (Meet the Parents) ya que juega con los mismo tópicos y gags que ella, aunque con resultados menos efectivos. Ello es evidente en un guión poco imaginativo y en una dirección de lo más convencional. Por contra el plantel de actores es bastante atractivo, Livingston y Campbell resultan entrañables a pesar de las limitaciones de sus personajes, mientras que DeVito y Bates pueden explayarse ya que tienen a su cargo a los más esperpénticos de la función, de todos modos da la sensación de que todos ellos son demasiado buenos (o están desaprovechados) para tan irregular producción.