Épica japonesa centrada en la juventud de Genghis Khan y su campaña para unificar los clanes mongoles. A diferencia de sus otras biografías hollywoodienses, en este caso se tomaron la molestia de rodar en la propia Mongolia, lo cual añade bastante más fidelidad al resultado. La problemática de la cinta viene por la manera tan rígida de grabar, así como las actuaciones. La mayoría de ellas consisten en un personaje declamando hacia la pantalla, de modo que las conversaciones son teatrales en exceso y muy poco naturales. También tengo problemas con el trampeo de ciertos sucesos históricos, aunque a los espectadores que no sepan mucho de estos no les afectará.