Esta película se hizo dos años antes de la de David Fincher (Zodiac). Quizás sacara buenas ideas para desarrollar la suya de esta, aunque David supo sacar mas matices de toda aquella historia, supongo que basado en una documentación mas completa. Muy bien ambientada, con intercalación de hechos históricos de esa época para ayudarla a ponerla en contexto y, sobre todo, para contrastar la realidad de la noticias de la de las localidades afectadas.

Me gusta la descripción de los personajes del cuerpo de policía. Refleja muy bien como la presión del al comunidad y de los superiores te puede llevar a dejarte absorber por un caso aún a costa de afectar seriamente tu vida personal. Este aspecto lo profundiza David en su versión.

El final, sobrio, es muy bueno.

Kiarostami nos enfrenta dos mundos el de los adultos y el de la infancia, aquel del que perdimos la noción hace ya algunos años. El mundo infantil con sus valores de amistad y lo justo. El adulto con su artimañas para ir a ninguna parte, donde sólo existe yo y después yo.

Y las imágenes nos muestran una aldea, cualquier aldea, con sus escasos personajes y el camino a la de al lado, donde viven similares personajes. Todos absortos en el escenario. La cámara pivota sobre el protagonista para enseñarnos el escenario y los secundarios.

¿Cómo puede enganchar tanto una historia tan simple? ¿Cuántas tenemos de esas delante de nuestros ojos?

La historia, real, ha sido desarrollada de forma magistral, desde el lado e incertidumbre del investigador: avanzo en mis investigaciones, no se donde ando, avanzo.. Y los años pasan y las personas involucradas en la investigación van viendo afectadas sus vidas personales, como si la acción del criminal les tuviera también como objetivo. La forma de narrar la historia y el lenguaje visual, junto con lo increíble de la historia (la realidad siempre supera a la ficción), nos enganchan cada minuto a la pantalla. Hay que verla una vez al año.

Desde el punto de vista visual, deslumbra: imágenes poderosas, coloridas y con mucho significado. Ídem con la narrativa, muy oriental, con un desenlace soberbio. Todo un documental del modo de vida de las tribus iraníes productoras de esas famosas alfombras. Un director, Mohsen Makhmalbaf, a investigar.

Todo un descubrimiento.

Todo un descubrimiento para mí. Destaco la historia, el colorido y la coreografía. Es como estar en otro mundo, cercano a las historias de los cuentos orientales. En los tiempos que corren llama la atención la libertad con la que se trata el tema de las religiones en la película. Como siempre, destacar a Aamir Khan en su interpretación.