Directamente desde Francia nos encontramos con este título que si bien no fue el más premiado, si fue uno de los más comerciales, me refiero a nada más y nada menos que La Rafle, o en español “La redada”. Podría pensarse que esta es una película más como las tantas que hay acerca del holocausto, pero ¿Qué tiene esta de especial? Sencillo, que es una de las pocas películas existentes que han sido dirigidas por una mujer. En un negocio tan machista y lleno de directores varones, Roselyne Bosch supo abrirse paso y quedar bien parada en la dirección de esta emotiva película.
La Rafle, cuenta la historia de varias familias con peculiares miembros, todos ellos judíos residentes en Francia, viviendo en aquella desgarradora época ya conocida por todos, en la que por el simple hecho de ser judíos, fueron transportados a un campo de concentración. En el desarrollo de la historia primero se da una introducción a la vida de cada una de las familias, lo que hace que el espectador genere esa empatía con los personajes, misma que posteriormente será de suma importancia en el desenlace de la misma, y es que el factor emocional juega un papel de gran valor en este filme.
En cuestiones técnicas, la película cuenta con ciertas tomas destacables, en las que se puede apreciar la belleza de Francia, así como lo desgarrador de los campos de concentración. También se cuentan con varias transiciones de tiempo y de escena a escena que son desde mi punto de vista muy buenas. Una de mis escenas preferidas del filme es aquella en la que se muestra a todas las personas recluidas en el hipódromo, es impresionante, así como impresionante es la manera en que la toma se va abriendo hacia arriba, haciendo parecer cada vez más sorprendente el ambiente en que se encontraban estas personas.
Finalmente, la película tiene un final que tal vez no es el más esperado por los espectadores, pero es aquí donde la directora trató de imprimir ese realismo que se vivió en aquel triste tiempo, que la verdad sea dicha, no era ningún cuento de hadas. La Rafle, una pieza del cine francés que es recomendable pero no apta para personas hipersensibles, muy buena cinta.

Nos encontramos con esta cinta del director inglés Christopher Nolan cuyo título en español es “El Gran Truco” o mejor conocida por su título original que es “The Prestige”. Me gustaría empezar esta crítica con un análisis del título, ya que va más allá de lo que cualquiera pudiera ver como simplemente “El prestigio”, es más bien una alusión a la actividad del prestidigitador, es decir aquella persona que posee la habilidad de los juegos de manos y trucos de magia, y es precisamente de lo que se trata este filme, de trucos y de magia.

La película doblemente nominada al Óscar contiene un sin número de flashbacks y fast forwards que cuentan la historia de dos magos cuyo pasado los llevó a tener una asidua rivalidad pero que la vida los llevará por situaciones inesperadas estos magos son interpretados por Hugh Jackman y Christian Bale respectivamente.

Un punto a favor de la obra es lo bien trabajada que está la época en la que se desenvuelve, transportándonos a todos a finales del siglo XIX, donde ni siquiera existía la electricidad para todos, así mismo la cinta contiene una visible influencia del director Tim Burton, haciendo de esta manera acreedor a Nolan al título de “El Heredero de Burton”.

En el transcurso de la película nos vamos envolviendo en la trama, ya que el director supo manejar muy bien esas formas de intriga especiales que hacen que te mantengas atento hasta darte cuenta por qué pasó esto o de dónde salió lo otro, fueron pocos los momentos en los que puedo decir que se pierde esa atención hacia la película, de ahí en más el resto me parece bueno.

En cuestión de actores me pareció una gran elección, ya que ambos han salido de películas de super héroes, pero al verlos en una película de época y con una temática distinta a la acostumbrada nos dimos la oportunidad de verlos fuera de sus ya conocidos personajes (Wolverine, Batman) y de esta manera evitar el encasillamiento que han sufrido otros actores como Toby McGuire (Spider Man) o Robert Downey Jr. (Iron Man).
Finalmente me gustaría concluir calificando a este filme con una sola palabra: “Inpredecible”.

Es momento de hablar de la nueva cinta del director mexicano Alejandro González Iñárritu: “Birdman”. ¿Y cómo no hablar de ella? Si con esas 9 nominaciones al Óscar está en boca de todos.

La película cuenta la historia de Riggan Thomson, (Interpretado por Michael Keaton), un actor famoso que se encuentra en Broadway produciendo su propia obra de teatro. En este viaje tendrá que aprender a trabajar con su propio ego para poder entender a todos quienes lo rodean y forman parte de su vida de una u otra manera.

La trama se desenvuelve en Nueva York, y nos da una gran vista de la vida nocturna en las calles y en bares de por ahí, así mismo hay una que otra toma que nos muestra la ciudad en todo su esplendor, mostrando el tráfico y la gente que camina a toda prisa por las calles indiferente del resto de las personas. En lo personal algunas de estas tomas me recordaron a las clásicas escenas de las películas de Spider-Man, en donde el super héroe planea por los aires con sus telarañas, pero tal vez solo fue mi impresión.

Una de las cosas más destacables en esta película son sus tomas, los paneos y esa magnífica manera en que llevan a cabo las escenas, moviendo la cámara de un lugar a otro, de un personaje a otro sin hacer cortes, es algo que simplemente vale mucho la pena ver. Otra cosa que personalmente me gustó fue la manera en que se manejó la iluminación dentro del teatro, haciendo sentir el nervio de estar parado frente a una audiencia con el reflector en la espalda, o la tensión de los momentos cruciales en el backstage en donde la luz predominante era un azul tenue que definitivamente nos brindó un ambiente íntimo que nos hizo compartir las emociones del personaje.

Y para culminar, nos encontramos con un final que se presta a la interpretación, dándole a un contexto negativo una mirada positiva.
Definitivamente “Birdman” es una cinta llena de comedia, drama, tensión, efectos especiales, todo en uno, de un director orgullosamente mexicano y sin duda merece la nominación en cada categoría del Óscar en la que se encuentra.

Cinema Paradiso, de origen italiano orgullosamente acreedora al Oscar por mejor película de habla no inglesa, no es más que una obra de genialidad creada por el director Giuseppe Tornatore
La obra cuenta la historia de Salvatore, a quien se le conoce cariñosamente como Totó, un pequeño travieso que vive su vida en un pequeño pueblo de Italia y cuya pasión es el cine, y que sin suda hizo sonreír al público con esas muestras de inocencia y ternura que irradiaba más de una vez.
Con el transcurso de la película vemos otro de los valores que nos predica la historia, hablo de la amistad, esa que creció tan incondicionalmente entre él y el personaje de Alfredo interpretado por Philippe Noiret.
En la película observamos como el director juega con los pequeños detalles, mismo que dan a la película un ambiente más realista, más intenso en algunos casos, algunos otros hasta crudos.
Otro detalle muy bien cuidado por Tornatore fue aquella transición que llevó a cabo entre la vida de Totó, haciendo al público conocer sucesos importantes ya de su infancia, ya de su juventud o hasta de su adultez.
En esta pieza del cine italiano también se juega muy bien con las emociones del público, haciendo un equilibrio mezclado impresionante, haciéndote pasar de la risa, al suspenso y al llanto de un momento a otro, por supuesto sin perder en ningún momento la atención de los asistentes.
Y como mencioné ya anteriormente, los valores son pieza fundamental de la estructura de esta obra, pero no solo eso, nos presenta un estereotipo comúnmente tomado en la mayoría de los filmes, hablo del “amor imposible”; y aunque muchos pensamos que cuando la historia se inclina hacia esta situación todo se volvería común y aburrido, con gusto puedo decir que estaba en un error, pues la historia es abordada de manera cómica y con un final inesperado.
Desde mi punto de vista la película es una obra de arte que merece ser vista más de una vez, y por supuesto reconocida, una pieza para toda la familia que te entretendrá por 155 minutos y jugará con tus emociones haciéndote pasar por la risa, el suspenso y el llanto.
Cinema Paradiso: Una joya del cine italiano.

Probando que se puede llegar a la cima empezando desde abajo llega hasta nosotros “Whiplash”, una cinta del 2014 que originalmente comenzó como un cortometraje y que posteriormente se convertiría en una cinta acreedora a tres premios de la academia.

Whiplash cuenta la historia de Andrew Neiman, interpretado por Milles Teller, quien es un joven promesa de la batería y se las arregla para entrar a una de las escuelas de música más prestigiosas del país, la cual estaba a cargo del implacable profesor Terence Fletcher, interpretado por J.K Simmons, quien fue acreedor al Oscar por “Mejor actor de reparto”. Y es que en esta película llena de drama y emociones vemos como el profesor llega a despertar en el público distintas emociones, y eso es lo que hace al gran actor: que llegues a amarlo o incluso odiarlo como el personaje que interpreta.

La película se encuentra llena de música jazz y soul que hacen al público disfrutar de cada una de las interpretaciones, no por nada se hizo acreedora al Oscar por mejor música. Así mismo, uno de los temas principalmente tocados en la película es sin duda el de los valores, los cuales se encuentran constantemente presentes a lo largo de la historia, pudiendo destacar entre ellos algunos como el liderazgo, la tenacidad, la perseverancia y la valentía, lo que vuelve especial al protagonista de la historia.

En cuestiones técnicas, se disfrutan de escenas con ritmo veloz al compás de la música de fondo, así como una fotografía excelente con tonos bajos, sepias y azules, los cuales son muy comúnmente usados en las películas de ambiente neoyorquino. Se pueden observar tomas desde el aire en incluso algunos big close up y big big close up que hacen más intensa la cuestión dramática que es parte fundamental de la película.

En conclusión puedo decir que Whiplash es una película que vale la mena ver más de una vez, y que despertará la emoción no solo de los músicos presentes en la sala que sin duda se identificarán, sino de todo aquel público que tenga una gran pasión por algo en la vida.