Antes de nada he de haceros una advertencia, si nunca visteis esta película en su día y la veis hoy en día desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, ni os gustará, ni disfrutareis de toda su carga emocional. Sin embargo, si pertenecéis a esa maravillosa época que fueron los ochenta, os sentiréis teletransportados al pasado, volveréis a la niñez o a la adolescencia de lo que fueron los últimos coletazos de la generación X.

Para empezar, lo que más nos llama la atención y recordamos con nostalgia y horror a partes iguales son los peinados y el vestuario. Esos flequillos, los vaqueros altos, los vestidos de ellas, las camisas de cuellos grandes por fuera del chaleco, los chalecos de pico, las grandísimas gafas, los pantalones de pana, los dobladillos de los pantalones. . . E infinidad de ejemplos más que te meten en el papel y te hacen decir, yo era así.

La cinta está dirigida al consumo familiar, niños y adolescentes. Por supuesto está llena a rebosar de todos los valores clásicos de este tipo de cine, la amistad, el trabajo en equipo, el compañerismo etc. Haciendo a la vez una perfecta fusión de los monstruos o villanos clásicos del terror con un humor sano y dosis justas de musical. Respecto a estos dos últimos puntos, un par de observaciones; aparecen un par de chistes más enfocados al público adulto (atentos a Mariano) y también hay auténticos puntazos que provocan la carcajada (¿un cinturón como arma?). En el aspecto musical, me reconozco un enemigo férreo de los musicales, es un género que no consigue mantener ni lo más mínimo mi atención. Pero en este caso, las canciones, siempre muy pegadizas, están bien dosificadas, acompañadas de coreografías sencillas y fácilmente imitables, haciendo creíbles los personajes y dejando ver que son niños normales como lo fuimos nosotros, no mini estrellas explotadas a lo Joselito o Marisol. Por cierto, genial el tema principal.

Los aspectos técnicos corren a cargo del mejor creador de historias para menores de edad que ha dado la madre patria, Antonio Mercero. Se nota su buen hacer con los niños, sirviéndose de su paso en la inolvidable y eterna Verano azul, haciendo caso omiso del famoso consejo de Hitchcock: “Nunca trabajes ni con niños, ni con animales”.

Siendo un poco crítico el guion tiene más de uno y más de dos fallitos. En algunos momentos la dirección podría ser mejor. La actuación de “Piraña” deja mucho que desear, pero claro, era el niño gracioso del momento y sirvió como gancho. Y los efectos especiales se notan que son de mis ochenta.

Tengo mucho que decir así que continúo en el spoiler.

Como fan incondicional del icono gótico-sexual Cassandra Peterson, me dispuse a ver esta película con una idea preconcebida, no importa si es mala, sale Elvira. Pues ni aun así.

Es una película que no tiene ni la mas mínima trama, ni guión. Va dando tumbos sin conducir a nada. Tiene un humor tremendamente infantil, centrándose en golpes físicos y dando de lado casi por completo los ácidos y agudos comentarios que caracterizan a Elvira. Dista mucho de las obras anteriores de Elvira, todas interesantes incluso la sitcom "The Elvira show", que tristemente no llego a firmar mas allá de su piloto, no obstante no esta nada mal.

Aunque no lo creáis nuestra musa Cassandra rodó esta película con 50 años. Está imponente, con la misma presencia física que la hizo famosa 20 años antes en las intros de "Movie Macabre". Es una autentica belleza y solo se aprecian unas pequeñas marcas de expresión en su cara, aunque de cuello para abajo pasaría perfectamente por una veinteañera. Pierdo pie con ella, es que babeo, lo reconozco. Todo lo que aquí os digo queda patente en el momento del "Aplausos".

Una cosa mas, Cassandra Peterson jamas se sirvió de la cirugía estética para mejorar o mantener su mítico escote y en mi opinión estamos ante el mejor par de tetas del cine y la televisión.

Resumiendo, que me he ido totalmente del tema, la película es un pestiño pero amo incondicionalmente a esta diosa pelirroja (si, ella es pelirroja natural).

Estamos ante una película mala con ganas, pero desternillante. Auténtico cine de la transición fuera de época, pero no fuera de lugar. Si no la tomáis demasiado en serio, os meareis de la risa. Genial doña Paca. Sin duda el fin justifica los medios.

Si le dedicais tiempo a esta pelicula espero que sea para prenderle fuego al master y a todas las copias. No hay por donde cogerla.

Me ha llamado la atención que varios usuarios la han puntuado con un 10, entonces supongo que a El padrino, 2001, Psicosis. . o cualquier otra pelicula que se pueda tomar en serio, le darán un 25 por lo menos. Si la pelicula la hubiera hecho un alumno de primero de audiovisuales y la filmada en mini dv, pues casi casi que trendría un pase. Max von Sydow, ¿como te dejaste engañar?

Lo peor, es el mas que pésimo doblaje y lo mejor, el momento en que termina esta tortura de film. Antes de malgastar de horas con druidas, me permito recomendaros por ejemplo taxi driver, que en el caso de que tampoco os gustara, por lo menos dura diez minutos menos.

Es la película y el guion que Hitchcock hubiera querido hacer. El maestro Clouzot da una auténtica lección de cine pero sobre todo, da una clase de tensión y de angustia. Quizás tarde un poco en arrancar, pero una vez que lo hace, esta película te tendrá pegada al asiendo, sudando y con taquicardia. El cine en estado puro y la tensión va de la mano en todo momento.
Ojala pudiera perder la memoria y volver a verla por primera vez.