Mike Cahill salió de Sitges con el premio a la Mejor Película bajo el brazo con esta película que debate sobre el conflicto entre la ciencia y fe a partir de los tres personajes principales.
Una cinta que aunque poco tiene que ver con el tipo de obra que estamos acostumbrados en Sitges dejó un buen poso tras la proyección y ganas de reflexión en las horas posteriores.

Cahill muestra un gran talento al tratar temas científicos, de fe y místicos con total equilibrio y permitiéndole al espectador que él mismo se posicione con su propio pensamiento, creyendo en la espiritualidad o en la ciencia; lo cual le otorga una riqueza interpretativa tras la proyección.

Un trabajo profundamente sensorial que confirma a Cahill como una voz indie a tener en cuenta y reflexionando sobre la humanidad y nuestro progreso que se ha visto cumplido gracias a la unión de la pragmática ciencia y de la sensible fe. Una magnífica joya que nos deja éste año aunque pueda pecar de carga de kitsch.

El debutante australiano Julius Avery dirige este thriller dirigido con buen pulso y con evidentes influencias de Michael Mann pero fallida en el terreno del guión.

Al propio Avery le falla su guión, en el que podemos encontrar tres o cuatro tonos diferentes dotando de irregularidad a un conjunto lleno de buena mano tras las cámaras. El filme nos lleva a momentos memorables y a otros poco interesantes y a veces incluso inecesarios y poco conexos.

Ewan McGregor parece divertirse como el jefe matón, alzando el vuelo de unos personajes ya vistos habitualmente en el terreno del thriller, liderando por delante de unos correctos Thwaites y Vikander el atractivo reparto del filme, que nos lleva desde el drama carcelario inicial a escenas de acción talentosamente resueltas.

Un guión irregular y previsible mancha un, por otro lado, prometedor debut de un cineasta que suponemos nos traerá grandes cosas en un futuro cercano.

Viggo Mortensen vuelve a dejarnos un impecable trabajo y otra demostración de su habilidad multilingüe, atreviéndose aquí con el árabe y con un fluido francés; en esta adaptación de un relato corto de Albert Camus que se mueve en los terrenos del western con un halo de fuerte humanismo.

Un querido profesor en Argelia es obligado a escoltar a un hombre acusado de asesinato. Después de un tiempo, ambos reclamarán su libertad evitando posicionarse hacia ningún bando y sobreviviendo en el duro viaje hacia un lugar libre de grupos religiosos o policiales.

Las entregadas interpretaciones de Viggo Mortensen y Reda Kateb llegan a conmovernos, evolucionando su amistad y la integridad de sus almas e ideales. En esta evolución mira de priorizar Oelhoffen el filme cuidando visualmente la cinta, remitiéndonos a una especie de western crepuscular.

Una obra de gran calado humano, de fuerte e íntegro mensaje y que sigue confirmando a Mortensen como uno de los intérpretes más carismáticos y entregados a sus proyectos del cine actual.

El Crítico Inquilino

El cineasta coreano Choi Dong-hoon dejó hace unos años el filme más taquillero en su país, El gran golpe (2012). En esta nueva y aún más ambiciosa superproducción vuelve a contar con varios intérpretes de aquella y se situa en tiempos de la 2a Guerra Mundial.

El filme peca de bastante sencillez en su desarrollo narrativo, pareciendo que han mirado de priorizar el empaque visual y el diseño de producción y no desarrollando giros y situaciones originales.

La bella Gianna Jun es la femenina heroína que se rebelará ante la invasión japonesa junto a la resistencia coreana; a partir de este contexto, los lazos sorprendentes y las venganzas estarán a la orden del día. El excesivo metraje (dos horas y veinte minutos más o menos) hace que al filme le cueste arrancar pero si deja buenas dosis de espectacularidad en su segundo tramo.

Otra demostración de la fuerza de la industria surcoreana ante una ambiciosa superproducción lleno de secuencias de acción muy bien dirigidas que peca de demasiado metraje y de un desarrollo en el libreto poco original.

El Crítico Inquilino (elcriticoinquilino.wordpress.com)

El imprescindible cineasta Richard Linklater firmó antes que la maravillosa Boyhood y la tercera entrega Antes del anochecer (2013) esta comedia negra que se entremezcla entre el documental y el falso documental para crear una visión tremendamente atrevida en su fondo hacia el ser humano y su manipulación, además de al tradicionalismo americano. Tras cuatro años de retraso llega a nuestra carteleras este fascinante proyecto.

Jack Black es el perverso y encantador Bernie, el hombre más popular y querido de un pequeño pueblo que ayuda en la funeraria y siempre presta caridad a las personas que lo necesitan, sobretodo a las viudas. MacLaine interpreta a una de esas viudas que tras su aparencia refunfuñada acabará siendo encandilada por Bernie.

El filme se mueve tras su aparente tono simpático en una atrevida mirada al ser humano, a las apariencias y al poder además de formar una negra y cínica mirada a la muerte y a la sociedad tradicional norteamericana. Linklater junto a un memorable Jack Black firmó uno de sus filmes tonalmente más atrevidos y que puede relegarse injustamente en su filmografía como una propuesta menor.

Una comedia negra con más fondo del que aparenta y que se mueve en estimulantes terrenos entre la ficción y no ficción, dos caras como las del aparentemente encantador Bernie.