La película cumple su cometido: hacer reír y divertir al público. Recomendable para los que quieran ver un film ligero y relajado.
Ahora bien, desde un punto de vista cinéfilo, la película tiene muchos errores en la trama, por momentos falta de coherencia, vínculos débiles entre algunos personajes, cuestiones inverosímiles,o por lo menos que no quedaron suficientemente esclarecidas en el desarrollo. Por lo demás los actores estuvieron correcto, aunque la actuación del "Chino" Darin me pareció un poco forzada y torpe.

Salgo en defensa de esta película, no tanto porque se la merezca, sino porque las criticas que he leído, sobre todo de medios oficiales, me parecieron bastantes exageradas e injustas.
Si bien es cierto que la película es floja, poniendo en contexto al cine argentino no me parece tan desastrosa como otras que han tenido menos agravios.
No se puede hacer criticas sin una previa contextualización del genero de la cinta que vas a ver. A bastardos sin glorias la puede defenestrar una persona que se sentó a ver un película bélica. Y aquí está el error de las críticas, Granizo tiene varios géneros y uno de ellos es el cine bizarro, ya esta pre-formateado de esa manera, y dentro de ello entra con lógica y coherencia que el viejo adivine el clima chupando un muñequito Jack, no tiene ni ton ni son, pero dentro del género adquiere sentido.
Salvando distancias, películas cómicas de Ben Stiller o Jim Carrey tiene escenas irrisorias que nadie critica porque ya están asumidas dentro de su perfil de películas risibles.
Admito que las escenas de la relación entre padre e hija (que por cierto están muy bien logradas) confunde un poco porque se aleja de la comedia hacia el drama, lo que hace que uno espere una resolución mas lógica/coherente del nudo, pero no tanto para pensar que gira hacia un drama neto.
Por otra parte, las actuaciones son zafables, la producción muy buena, la trama y los guiones son cándidos y previsibles, pero todo ello engloba una peli para pasar el tiempo y entretener: y logra su cometido.
En un momento se tornó un tanto bajador de linea del moralismo aspectico que ya cansa en pleno S.XXI, pero luego el final refleja que en el fondo a todos nos gusta la fama y el reconocimiento.
Pd: Hay que terminar con el vicio argentino de exigir que toda película tiene que tener un mensaje subyacente o crítica social.