Ahora los zombies irrumpieron en Londres, paralizando, inicialmente, el Reino Unido. Bueno, en realidad, vuelven a invadir Londres... ya lo habíamos visto en "28 days" (2002), pero esta ocasión los seres virulentos han cobrado cierta conciencia, pueden organizarse y lo peor: están físicamente aptos para enfrentamientos físicos espectaculares (de peleas de patadita y giros en el aire).
Ocurren todos los clichés imaginables que ni caso tiene ennumerar (más allá de las infecciones estúpidas y los ojos de huevo cocido de los entes) y también contiene algún par de momentos de humor involuntarios, sobre todo hacia al final. Lástima una más de zombis, pero sin novedad, porque la única (lo de que cobran conciencia, y tienen recuerdos) se va rápido al sinsentido tras la primera hora.
Ojalá que tan rápido como corren estos zombis deaforados, concluyeran estos exageradamente excesivos 117 minutos.

Una estrella completa es para Hathaway que, como siempre, se ve hermosa y embellece cualquier plano, dejando en franca desventaja a la Wilson que actúa pues, como siempre, de Rebel Wilson, a quien va destinada la otra mitad de estrella. La colección de sketches a veces arranca carcajadas por el ingenio medio aflojerado de ciertas situaciones montadas para desfalcar víctimas con sus convenientes giros de tuerca. Al final, la sensación es incompleta, mediocre, de pérdida de tiempo.

No es el primer heist con ancianos protagonizando y las reminscencias inmediatas son de "The Old Man & the Gun" en donde Redford se luce muchísimo más él solo que el conjunto de actores de "King of Thieves". La gracia está ausente prácticamente en toda la historia, y aunque sucede lo que tiene que suceder desde el principio, las implicaciones posteriores son desarrolladas torpemente porque no hay buena base en la presentación de los personajes. Los flashbacks insertados a películas anteriores de algunos de los actores refrescan un poquititito... pero nada más. Lástima.

De "Chicuarotes" positivamente puede decirse que supera a "Déficit". La colección de abyecciones acerca a Gael más a Ripstein (gulp) que a Buñuel, pero no creo sea eso un halago. En medio de tanta jodidez, púm, el discurso ¿esperanzador? del pueblo bueno... Bien las actuaciones.

La pérdida de un ser querido del protagonista que le da nombre a la película parecería ser el motor e impulso para que, mediante una catarsis, en su vida finalmente pase algo más allá de sus borracheras solitarias frente a una consola que reproduce música nostálgica y romántica -claro-, o de ver películas mexicanas antiguas en la televisión... pero no es así.
Y cuando pareciera que finalmente llegan personajes de antaño, hay quien le advierte que podría ser peligroso enfrascarse a ¿errores? del pasado y entonces... pues nada. No pasa nada.
Las irrupciones gráficas oníricas para mostrar desazón o flashbacks no sorprenden viniendo de este director que prácticamente imprime su sello con ese manejo de efectos... pero en esta historia mínima parecen estar de más... para darle sustento a no se qué... Siento una falta de desarrollo a muchas cosas, más allá del guión y de la puesta con un diseño de producción mesurado... y aunque al principio nos advierten que el Comité de Filmaciones de Jalisco aportó dinero... pues no vemos un solo cuadro de alguna locación de dicho estado. Lástima... podría haber desembocado en un trabajo mucho mejor, con un sentido de ritmo más dinámico; sin que tampoco sea un total bodrio.