Me habían hablado tan bien de esta serie que por segunda vez he intentado verla. No he logrado acabar la primera temporada. Y me gustaban el tema y los personajes, me interesaban de verdad. Pero, a mi juicio, a esa idea inicial no le sigue un desarrollo coherente. No me convence el encaje del efecto turbina (caos en las acciones y sentimientos de los personajes) con la proyección intimista que se pretende dar al fenómeno (al fin y al cabo se trata de profundizar en las heridas que deja la pérdida de un ser querido). Hay demasiadas cosas que me chirrían. Quizás haga más adelante un tercer intento y tenga que enmendar estas líneas. Mientras tanto...

A punto de abandonar a su marido, del que se ha distanciado tras una experiencia dolorosa, Julie encuentra el album de discos familiar. Al ritmo que va pasando sus páginas, se escuchan distintas melodías, que evocan acontecimientos clave de su vida en común. Circular el movimiento de los discos en el gramófono, y circular la trayectoria de sus vidas. Una idea buena, que podría haber generado una gran película. No es, desde luego, la mejor de Cary Grant, pero me parece más que aceptable.

No coincido con la crítica tan negativa que se ha hecho de esta película, quizás porque la he visto más en clave personal que en clave histórica. A mi juicio, el hilo central lo constituye el relato del anciano que rememora su historia personal, la de un niño árabe que, frente al desastre al que se ve abocada su familia, tiene la oportunidad de crecer en un ámbito occidental, al cuidado de su tío, bien situado económicamente. Paralelamente, se traza la historia de esa última generación de jóvenes de la Argelia colonial. Y, como telón de fondo que enmarca la peripecia personal, la Argelia que vive el fin de la Segunda Guerra Mundial y la guerra por su independencia. En cierto modo, Younes-Yonas estará siempre en tierra de nadie, siempre en cierto conflicto, pues ni es del todo árabe ni es plenamente occidental. Pero sobre todo lo que marcará su vida y su relato es su fracaso amoroso, el no haberse atrevido con su gran historia de amor. La película narra una vida en la que se entrelazan luces y sombras, el día y la noche. ¿Quizás excesivamente larga? Puede ser. A mí me gustó.

Agotadora: es el adjetivo que, a mi juicio, le cuadra mejor a esta película. Es imposible contar La Odisea en dos horas: o se resume, o es imprescindible más tiempo. Han pretendido contar en dos horas y media un periplo que requeriría por lo menos el doble de tiempo. Y uno tiene la sensación de estar viendo lo que debía ser un guion, y no su narración desarrollada. No hay respiro. A pesar del extraordinario plantel de actores y de la riqueza visual de la cinta, no he llegado a disfrutarla.

Hacía mucho tiempo que no me "enganchaba" una serie como lo hizo esta. Con personajes distintos, acción imprevisible, y un toque "zen" que a mí me divertía mucho a la vez que hacía reflexionar. Me sorprende que tuviera tan poco éxito y repercusión. Me gustó tanto que incluso la he alquilado alguna vez para volver a verla.