La lucha por la identidad y el territorio era importante en la época del Imperio Romano y este film portugués lo refleja perfectamente. Los lusitanos, guerreros aguerridos y comandados por Viriato, trataron de combatirlos hasta el último momento. Bonita fotografía y localizaciones, así como el vestuario, pero llega a ser aburrida al final. Tampoco está mal del todo.

Argentina, 1976. Una dictadura que no debía haber existido, una junta militar que no sabía actuar sino matando 'opositores' y unos jóvenes que buscaban una simple rebaja en el billete del transporte, además de una libertad que les negaron tras ya probar la primera vez en la joven democracia argentina. Esa segunda vez se les iba a negar del todo.
La película es perfecta, a pesar de que los temas que tratan son los que son. Todos los integrantes del reparto están enormes: se meten tanto en el papel que piensas que ellos mismos son los que sufrieron el mal de la infausta dictadura argentina y no, lamentablemente, las verdaderas víctimas que perecieron y siguen desaparecidas (como María Claudia Falcone, la víctima interpretada por Vita Escardó) o bien sobrevivieron en los centros de detención. Mi 10 creo que es más que merecido.
Echo de menos una remasterización de la cinta, es de esas que no me importaría ver más veces, aunque llore como las otras tantas.

Como reza el título de la crítica, no deja de ser un telefilm de hora de la siesta. Es la típica película alemana, que en este caso rememora una historia de espías entre la RDA y EEUU, con una buena trama y elenco de actores, pero en mi opinión, algo cutre en la producción. Me gustó y la recomiendo, pero para una vez y ya, es bastante olvidable.

Este es el primer film en el que Claudia Cardinale no es doblada en italiano, lo que hace que su verdadera voz, unida a su impactante belleza, la hagan una de sus mejores interpretaciones, la que posiblemente junto con 'Ocho y medio' de Fellini le abriese las puertas del mundo. Este largo no es demasiado conocido en España ya que carece de doblaje al castellano, aun así merece la pena verlo subtitulado para ver a una excelsa Cardinale en un registro que le iba bastante, en una época en la que rememorar viejos tiempos en el cine era algo normal en Italia (y aún hoy lo sigue siendo). Antes, por supuesto, recomiendo leer la obra de Carlo Cassola. Un sobresaliente.

Me la recomendaron y fui a verla, sabiendo como es el cine de la Bollaín, que o lo pillas a la primera o te estás toda la película sin entender nada. Pues así me quedé. Quitando que Candela Peña está enorme (como siempre), no entiendo tanta nominación a los Goya para esta mediocre película, que valdría más para circuitos pequeños estilo Sundance que para el nivel que se le ha dado, que bajo mi punto de vista no se merece en absoluto y que solo está ahí por quién está dirigida.