Simplona y estúpida. Llena de lugares comunes y frases hechas. Totalmente superficial y vacía: una vez más el capitalismo se draguea y toma el ropaje mas tonto del feminismo para venderse como algo que no es. Las mejores escenas, que son muy pocas, la conocíamos de los trailers y los ganchos utilizados por el marketing de la película, que es lo único que funciona.
¿El guión? Desastroso. Falla todo el tiempo el verosímil y no termina de entenderse por qué barbie y la empleada de Mattel estarían conectadas, ni como funciona el portal, ni por qué barbie puede elegir ser otra cosa de lo que es. No les interesa que la historia tenga sentido, solo cruzar el mundo mágico con la vida real.
La película se la pasa dándole cátedra a la audiencia de cosas muy simples y estúpidas que no necesitan explicación. La bajada de linea supuestamente feminista (lo mas pedorro y superficial del mismo) es constante y todo es forzado para que se entienda la supuesta moraleja. Busca, también, emocionar con golpes bajos totalmente desconectados (como cuando aparece la creadora de la muñeca de la nada (?) a EXPLICARLE su historia). Todo dicho, nada se muestra, todo se explica con palabras para subrayar las dos ideas estúpidas que quería dejar clara su directora.
Lo único bueno de barbie es, aunque usté no lo crea, el personaje de Ken. No solo es la subtrama que más sentido tiene y el único personaje no plano, sino por lo increíble que es Ryan en su actuación. Sus gestos e interpretación se llevaron las pocas risas que hubo en el cine. Si el tono bizarro y grotesco que se le dio a Ken se hubiese utilizado para toda la película el transito de todo esto hubiese sido mas ameno.

Nada, una bosta sobrevalorada. Casi igual que el capitalismo.

A ver, Blondi me pareció una película excepcional.
Empecemos por lo obvio: las excelentes actuaciones de Dolores Fonzi, Rita Cortese y Carla Peterson. La química entre las tres, las derivas existenciales que se expresan en cuestiones meramente gestuales. Es hermoso verlas hacer lo que hacen tan naturalmente.

El guión es fantástico. No apura nada. No busca contar una gran historia. No quiere explicar ni dejar moralejas. Los diálogos que no dicen nada y expresan todo. Hermoso trabajo de escritura que no suele encontrarse.

Fonzi hace una historia pequeña de mujeres en dónde la clave de todo se basa en el afecto. Son tres madres, muy diferentes entre sí y nada estereotípicas (quizá la de Carla es la mas estereotipada, pero nos va a terminar sorprendiendo). Me gusta eso, también. Tres madres distintas entre sí que no se juzgan ni buscan competir ni imponerle a las otras su forma de maternal: solo se acompañan.

Además, sorprende. Pasa de ser una película costumbrista, típica de cine argentino, pocos personajes, situacional principalmente en un único espacio-escena (el barrio, la casa) y termina siendo una road movie sumamente lograda, que tiene en el hotel medio pelo elegido para pasar la noche en el ida y vuelta de la travesía un lugar excepcional donde ocurre TODO (como si en ese único espacio situacional de barrio-casa las cosas excepcionales no pudieran sucederse).

Me gusta la construcción de la protagonista. Una madre que quedó trabada en la adolescencia en la que se quedó embarazada, que trabaja poco, fuma mucho porro y tiene la suerte de haber heredado una casa que le permite no preocuparse. Su negación a crecer expresa, en parte, lo traumático que fue para ella ese embarazo que irrumpió en su infancia y que no quiso y que, ahora, parece ser lo único que tiene.

Si bien lo que más me interesó fue el vinculo entre las tres mujeres, la relación con su hijo también es hermosa y nada estereotipada. Emociona en su ternura. Que su hijo finalmente crezca y sea adulto es quizá lo mas doloroso y hermoso que la protagonista permite.

Las actuaciones masculinas de Rovito y Sbaraglia son buenas y correctas. Tal vez hubiese elegido otro actor de hijo, que pueda profundizar un poco más en lo actoral, pero quizá que solo sean correctos y que en contraposición las mujeres brillen era lo buscado en el film. O solo es algo que sucedió y que ayuda a cerrar de manera hermosa esta película.

La idea de la serie es riesgosa y por lo tanto se aplaude: no hacer siempre lo mismo y proponer otra cosa en una búsqueda estética pese a que por momentos no lo logre del todo siempre se disfruta.

Es una sátira que, a partir de burlarse de las típicas comedias norteamericanas de sketches físicos, colores brillantes y risas pre grabadas con gags estúpidos construye algo mucho mas profundo que tiene que ver con la pulsión vital de estar vivos y la necesidad de conectar con alguien en un mundo donde todos cada vez estamos mas encerrados y somos mas egoístas.

La protagonista está casada con un bobo egocéntrico genérico y ella lo sabe. Cada vez que el bobo está en escena, los colores de la pantalla brillan y los chistes son idiotas, seguidos de risas que alimentan la estupidez. Cuando él desaparece, la oscuridad toma la escena y la protagonista tiene que hacer frente a la vida que ella misma decidió tener.

En ese orden, creo que los personajes están muy bien construidos, sobre todo la protagonista que sabe que nada va a cambiar y que ella se metió sola en todo esto, pero que a la vez busca seguir engañándose y con la zanahoria de que la persona con la que se casó ahora si cambiará.

La serie inicia en el momento en que la negación de la protagonista ya no puede sostenerse más y se da cuenta de que el bobo seguirá siendo lo que fue siempre. A partir de ahí y buscando evadir su responsabilidad en las decisiones básicas de su existencia (ella se casó con él y ella sigue ahí) decide que la única posibilidad que tiene es seguir cumpliendo su papel de esposa servil mientras planea como matarlo.

En el camino, se hace amiga de la mejor amiga de su marido, que siempre había creído que ella era una estúpida. Es en ese vinculo entre mujeres que antes se detestaban y que poco a poco comienzan a consolidar una amistad, dónde me parece que se encuentra lo mas interesante (y feminista) del guión.

¿Para qué estar cueste lo que cueste con un bobo si podemos tener amigas?
Aplausos al guión, las actuaciones y la audacia de proponer algo distinto.

A ver. No leí el libro y vi la película High Fidelity cuando se estrenó. No me generó nada muy movilizante en particular. Solo recuerdo que el personaje de Cusack me parecía un estúpido pero no mucho más.

Me gustan las series centradas en poco personajes y que exploran sus personalidades. Es decir, espero un buen guión y personajes verosímiles: en este caso, cumple con todo. Se entiende que le pasa a cada uno, por qué reaccionan como lo hacen y qué los vincula y que no.

Me pareció un gran acierto no cambiarle el nombre al personaje, Rob, y que el mismo sea interpretado por una chica, Zoe. También me resulta maravilloso que la tienda de discos que funcionaba en el 2000 ahora esté casi en bancarrota y sea un lugar dónde solo van snobs y mega eruditos. Son dos guiños interesantes al público.

La angustia existencial de treintañeros que saben que son adultos pero no sienten (ni quieren) serlo es muy proyectable. Nos expresa un mundo donde los mandatos sociales se fueron relajando y lo que se suponía que debía ser una vida se encuentra desarmado: la crisis en torno al ¿y entonces qué? se plasma claramente y creo que es uno de los mejores aciertos.

Los personajes principales tienen química y actúan maravillosamente. Zoe también.
Quizá lo que más ruido me generó fue elegirla justamente a ella, tan hermosa, para representar una mujer bastante fracasada en el amor pero que se contradice con las múltiples posibilidades de hombres que encuentra en cada capítulo porque, obviamente, es demasiado hermosa.
Es decir: si bien Zoe y su actuación es brillante, falla un poco el verosímil en que su protagonista es una fracasada en sus relaciones. Todos vivimos en este mundo y sabemos que los niveles de heteronormatividad que tengamos facilitan mucho la vinculación con otros (sobre todo masculinos).

Tal vez si la protagonista hubiese sido Da Vine, cuya actuación también resulta excelente, el verosímil de lo que se quería contar hubiese funcionado mejor.

Lamentablemente sabemos que el mundo es de quién cumple las prerrogativas heteronormativas que nos impone el patriarcado a las mujeres. Que la protagonista sea justamente una mujer que expresa toda esa heteronormatividad genera que nos parezca un poco falseada la sensación de desilusión existencial vincular con los varones que expresa el personaje de Zoe.

Como sea, buen guión, hermosas actuaciones y una reversión inteligente.