Fue una pena salir de la sala de cine y oír comentarios entre el público del tipo de "qué mala es", "no he entendido de qué iba", "¿Y ya está? ¿Eso es todo?", "Pues no daba tanta risa, qué aburrimiento". Y digo que es una pena porque aquí se prueba que la mayoría del público no entendió la película, o quizá, que el marketing falló y se vendió como una comedia españolada lo que es, sin duda, otra cosa. Porque Abracadabra no es lo que parece.

La trama, de un humor negro espeso y por momentos incluso truculento y gore, es sólo la cobertura para un mensaje mucho más profundo, mucho más sutil, para cubrir la realidad del abuso domestico y la violencia de género en una película en la que no hay una sola escena de maltrato físico evidente - aunque sí del psicológico. El personaje de Maribel Verdú se ve en la tesitura de elegir entre lo malo conocido y lo malo por conocer. Al final, se elegirá a sí misma. La única opción posible. El mensaje más adecuado. Si esta película la hubieran hecho los americanos, hubiese terminado volviendo al punto de partida. Pero esto es cine español, crudo, descarnado, y la realidad se impone aunque venga envuelto con tramas de posesiones e hipnosis.

No es perfecta, desde luego. Pero no es en absoluto una mala película. Quizá la estética choni que se respira a lo largo de todo el film hubiese sobrado, pero vamos a dejarlo como una estética costumbrista llamativa que pretende provocar la carcajada del espectador - algo que no deja de incomodarme. -Además, la escena de los flashes de luz es quizá, demasiado larga. Aviso anti-epilepsia.

Pero desde luego, esta película no es lo que parece, y sin duda la recomiendo. En cuanto a los comentarios del público, cada vez estoy más convencida: el cine español no es malo, somos los espectadores los que somos malos, los que no entendemos lo que nos ponen en la pantalla. Hollywood nos ha acostumbrado a dárnoslo todo masticadito. Hay que poner esos cerebros a trabajar.

PS: A lo mejor es que la gente esperaba que Mota hiciese alguna payasada. Claramente se han equivocado de película.

Soy fan de los Cazafantasmas desde cría, se puede decir que son parte de mi infancia. He visto las dos películas muchas veces y los dibujos animados todavía más. Son todo un icono de mi niñez, vaya, como imagino que le pasará a muchísima gente.

He ido a verla por esto y porque, honestamente, tanta polémica me tenía intrigada. Normalmente los remakes suelen ser un terrible error y es cierto que el tráiler no prometía demasiado -las escenas están escogidas y mezcladas con desacierto, y revelan demasiada información, de modo que acabas pensando lo que no es, porque está todo descontextualizado-; pero esta vez me he animado más que nada por el morbo que ha suscitado tanto escándalo y tanto macho ibérico rasgándose las vestiduras.

Dicen que cuando vas con malas expectativas todo parece mejor, pero qué le vamos a hacer, ya sea con buenas o malas expectativas, la película me ha encantado. Es un auténtico tributo a la original y tiene todo lo que un remake hecho por un conocedor del original tiene que tener: respeta el tema principal, respeta la cabecera de la película, respeta el comienzo -historia random de fantasma, susto, entra logo y entra tema-; respeta el equipo, el armamento, los símbolos icónicos como el logo, el coche... y al tiempo que se muestra leal a la fuente, va introduciendo innovaciones y actualizando la historia para el siglo XXI, con mejoras en las armas pero sobre todo, con un humor más moderno e inteligente, lo cual es lógico.

La película está llena de referencias -Easter Eggs, que se suelen llamar- a los originales y hasta tenemos cameo de casi todo el reparto original, aunque algunas intervenciones podrían haber sido más brillantes en ese sentido. Por lo demás, una película divertida, trepidante, no se hace nada pesada, y con actuaciones fantásticas de las protagonistas entre las cuales destaco a la ingeniero, la rubia -ni de su nombre me acuerdo- pero que es simplemente maravillosa. No tiene desperdicio.

Honestamente?? Pasad de polémicas machistas y, si sois fans de los Cazafantasmas originales, id a verla; y si no lo sois y os apetece pasar un buen rato y reíros a gusto, id a verla. Esta película es absolutamente fantástica. No entiendo a qué viene tanto escándalo. Desde luego le da cien mil patadas a la segunda de las antiguas, que es infumable.
Haters gonna hate.

Es increíble lo tremendamente infravalorada que está esta película y la poca divulgación que se le ha dado. Es un trabajo bellísimo y un canto poético a la vida y al amor por los seres queridos, además del amor a la música, por supuesto.

Supongo que mi opinión no será tenida muy en cuenta a partir del momento en que diga que soy fan de Nightwish, y lo he sido desde hace muchos años. Pero honestamente, por más que me guste el grupo, no le había dado una oportunidad a esta película antes de hoy, porque a mí lo que me gusta es la banda, la música que hacen y cómo la interpretan en directo. No les veía, francamente, ni como cineastas, ni mucho menos protagonizando una película que, además, tuviera de banda sonora sus propias creaciones y siguiera un guión escrito por el líder y compositor del grupo, Tuomas Holopainen. Simplemente, no les había dado ocasión a demostrarme que son capaces de llevar a la pantalla una historia bellísima que ha sido capaz de emocionarme hasta el llanto, y que, realmente, tiene poco que envidiarle al género de Tim Burton.

Creía que sería una especie de "paja mental" del compositor mezclado con videoclips de la banda a modo de musical. Me he equivocado totalmente, por fortuna.

La película funciona con alegorías y no viene mal conocer el estilo de la banda y la estética onírica de las películas de Burton para comprender mejor lo que se narra. La sinopsis que se hace en este espacio no le hace justicia: Thomas Withman es un compositor afectado de demencia senil, enemistado con su hija, que se encuentra en su lecho de muerte. A través de sueños confusos y pesadillas que mezclan su fértil imaginación con sucesos reales, reconstruye poco a poco su vida mientras lucha con la enfermedad que le ha destruido la mente y borrado todos los recuerdos para lograr un único propósito antes de morir: reconciliarse con su hija.

Bellísima y conmovedora. Si eres fan de Tim Burton, no te pierdas esta película.
Si eres fan de Nightwish, todavía menos. Pero esta película merece una oportunidad y no sólo, ni mucho menos, por la preciosa banda sonora. El mensaje ulterior que se transmite más allá de las visiones surrealistas de la película es tan antiguo y actual como la vida misma. Imprescindible.

No puede juzgarse por una sinopsis ni por un trailer. Hay que verla.
Nightwish, y Tuomas en particular, nos ha regalado una auténtica obra de arte.

Quienes conozcan la passio de la Santa o estén familiarizados con su leyenda, habrán constatado la notable diferencia del argumento de la película con el relato que todos conocemos. Sin embargo, hay más de un “guiño” a la passio que el director ha rehusado adaptar: el patronazgo de la Santa como protectora contra las tormentas, se ha hecho que sea una mujer culta, se han mantenido, naturalmente, los nombres de los personajes principales. Pero a partir de aquí todo lo demás son divergencias y libre interpretación del director. El resto de personajes son enteramente inventados, especialmente el apuesto Claudio, que es simplemente un gancho para atraer al público.

Las interpretaciones de los actores son bastante normalitas, ciñéndose al papel con la seriedad habitual. No destaca especialmente ninguna actuación y mucho menos la de la actriz principal, Vanessa Hessler, cuyo mayor mérito -al menos en este film- es su deslumbrante belleza física, que es recordada constantemente al espectador durante la película. Incluso en la actuación de Thomas Trabacchi como Marciano hay cierta sobreactuación malévola, propia de las mejores películas del género peplum, pero que mejora notablemente las planas actuaciones del resto del reparto, que pasan sin pena ni gloria. Si acaso, destacaría la intervención de Massimo Wertmuller.

Como toda película de ambientación histórica, dicha ambientación dista de ser perfecta. Aunque los decorados y el vestuario son bastante vistosos y podrían dar el pego -de hecho, se han cuidado muchos detalles que normalmente se ignoran en los peplum-, hay errores en las armaduras de los soldados y en las vestimentas de los personajes. Todo ha respondido a un dudoso criterio estético, vistoso y agradable a la vista, pero sin rigor histórico. Hay apenas un cambio de vestuario o dos para los personajes principales, nada más, lo que quita realismo a la película.

Por no hablar de graves fallos de decorado como representar los templos y estatuas de los dioses completamente blancos, como están en la actualidad -pero en esa época, estaban enteramente policromados-; el no respeto ni documentación absoluta de los procesos judiciales romanos -¡a pesar de que conservamos actas fidedignas del interrogatorio y juicio de varios mártires!-, reduciéndose todo a un breve intercambio de frases totalmente dramatizadas para el guión. En el momento de las escenas de tortura y ejecución, nos encontramos con auténticos despropósitos. Siendo ya que se han tomado el libre albedrío para el guión, podrían haber cuidado todos estos detalles, fácilmente asumibles con el asesoramiento de un buen historiador.

Al final, el film no está carente de cierto edulcoramiento irreal por parte del director y los guionistas, que no olvidemos, han hecho una película fundamentalmente edificante. Algunos temas tabú, como la desnudez y la tortura bien representadas, son eludidas en la película, al resultar violento y poco edificante el presentar a una mujer desnuda y maltratada en pantalla. Otros temas igualmente tabú, como la violación ritual de una virgen previo al martirio, sí son apenas insinuados, pero de forma incoherente. El edulcoramiento prosigue con el romance apenas desarrollado de Bárbara y Claudio, que no tiene ocasión de ir más allá. La comunidad cristiana no deja de ser retratada con cierta idealización, así como la conversión de Bárbara.

(sigue en "spoiler")

Una de las mejores películas que he visto en mucho, muchísimo tiempo. Estoy anodadada ante los que la califican de "mero documental anti-droga" o incluso de asquerosa. El cine es cuestión de gustos, hay quien ve cine para evadirse de la realidad y hay quien ve cine para conectarse más a ella, y la mayoría hacemos ambas cosas todo el tiempo, aunque en mi caso, no hay nada que me guste más que una buena bofetada en la cara - cinéfilamente hablando, por supuesto -. Éste es mi tipo de película.

La historia, narrada a dos bandas y a través de tres estaciones, nos habla de una viuda sola en su casa cuyo hijo es adicto a la heroína y la cual, obsesionada con un programa de televisión que es lo único que llena sus largas horas de soledad, se someterá a un tratamiento para adelgazar y poder entrar en ese vestido rojo que tanto quiere, que quiere lucir para cuando le llegue por fin la prometida invitación a su programa favorito. Lo que no sabe, y al parecer tampoco lo sabía el pobre ignorante que le recetó speed para adelgazar, es que es un viaje de no retorno.

Es la historia también de tres amigos, uno de ellos, el propio hijo de esta señora, su amigo y su novia, que sueñan con poder salir de la miseria vendiendo droga. Los novios, para montar un negocio vendiendo los diseños de ella, el amigo, para salir de la pobreza, como prometió a su madre. Y eligen el siempre lucrativo tráfico de drogas para ganar ese dinero fácil y rápido. Lo que no tienen en cuenta es que para ser camello, o narcotraficante, y hacer dinero, tienes que sólo vender la droga, jamás consumirla.

En una espiral de degradación y autodestrucción, estos cuatro personajes se sumen en una caída libre, en un viaje de no retorno. La dirección y filmación de la película es absolutamente magistral, así como las actuaciones. No puedo creer que Ellen Burstyn perdiera el Óscar en beneficio de Julia Roberts, que si bien hizo un papel excelente en Erin Brockovich, no le llega ni a la suela del zapato en este caso. Pero los Óscars, como siempre, no decepcionan, y esta película es demasiado cruda para el público pijo y políticamente correcto de estos premios. La ocasión le llegaría a Aronofsky con el Cisne Negro y Natalie Portman, ni de lejos un material tan brillante como éste que nos ocupa.

Bofetada de la realidad, pero una bofetada bien dada. Película imprescindible. Material que debería proyectarse para la concienciación contra las drogas. Un absoluto insulto a la inteligencia que esta película sea sólo recordada por su magnífico tema principal - Lux Aeterna - cuando es quizá, lo de menos. Una vergüenza que se recuerde sólo como musiquilla de tráiler de cine y se considere un tema épico, cuando es la melodía del círculo vicioso, de la angustia autodestructiva, de ese viaje sin retorno.

Película no, peliculón.