Tras siete films notables la gran franquicia inglesa se despide, dejando (sin duda) lo mejor para el final: un auténtico espectáculo circense de fuegos artificiales y efectos especiales que logran junto con otros muchos factores un desenlace ejemplar.

La película se presenta sencilla y retoma a su predecesora sin andarse por las ramas, avanza a un ritmo galopante y aprovechando toda clase de excusas posibles del argumento para sacar a la luz su artillería digital, sin embargo, estas excusas están muy bien justíficadas y resultan gratíficantes y plenas. Algunas escenas muy significativas para la historia perdieron importancia en la película, uno de los pocos errores que se pueden observar.

Los actores se dan de sí, cada uno de ellos se exfuerza al máximo intentando satisfacer así las necesidades del guion, destacable sin duda todo el reparto en el que a parte del trío protagonista brillan también un deslumbrante Ralph Fiennes, (aunque hasta ahora extravangante) Alan Rickman y (pese a no tener gran importancia en éste último film) la siempre polífacetica y elegante Helena Bonham Carter.

Con todo ésto se puede decir que David Yates será recordado no sólo por su aparición en los créditos de una de las series de películas más potentes e influyentes de la historia del cine, sino por haber logrado un desenlace digno cargando tras de sí con el peso de toda una historia y de media saga: Harry Potter.

Almodóvar presenta una película efervescente en la que cada detalle cuenta, es un puzzle ya montado que va deshaciéndose a medida que avanza la película, cada pieza tiene su historia.

Rescata los giros argumentales que suceden por sorpresa al final de cualquier película américana, pero los coloca de tal forma que cada quince minutos tienes una nueva pista que seguir. El guión está muy rebuscado, pocas películas pueden presumir de tener una historia tan extraña, pero con tanto sentido, que contar, expresa de una forma compleja el odio y la ira de unos determinados personajes.

La presencia de Antonio Banderas y de Elena Anaya llenan la película por completo, ambos están sensacionales en sus respectivos papeles, y el resto del reparto no está mal, destaca sobretodo Marisa Paredes.

La música de Alberto Iglesias es realmente sensacional, va desde la electrónica más reservada y retro hasta la música clásica a cargo de un violín que sin duda marca la película.

La fotografía es completamente impecable, se emplean de forma correcta muchos planos largos que además son muy vistosos y se utilizan mucho los primeros planos que otorgan cierta intriga y drámatismo a la historia, se consigue que un plano tan simple como un hombre poniéndose unos guantes de plástico sea intrigante, hasta el más mínimo detalle y plano es una delicia que busca incitar al espectador, una puerta más para introducirse en la historia, una historia que sin duda no dejará indiferente a nadie.

Resulta gratificante ver una película en la que la acción transcurre de una forma tan peculiar, contar una historia de la forma en la que "Hugo" lo hace es díficil, es extraño encontrarnos una película de ciencia ficción tan bien narrada.

Martin Scorsese y el guionista entienden que para recrear una aventura de forma que se haga notar, deben potenciar el sentimiento de los personajes y añadir elementos con los que resulte entretenida hasta la más mínima referencia a los años 30, eso es lo que hace en este caso, el encanto técnico de la película y ambientación, en combinación con una historia tan interesante y unos personajes tan magnéticos, hacen de "Hugo" una maravilla.

Brilla por sus acabados a nivel técnico, tanto los efectos especiales, cómo la ambientación y el vestuario se perfilan como los mejores del año. Mérito tiene a parte ambientar la película entera en una estación de tren y en un par de calles ajenas a ésta.

Asa Butterfield convence, quizá el personaje sea demasiado empalagoso en el sentido de que es el típico niño joven, dulce, inocente y huérfanito en plan de dar pena, pero pasa. El resto del reparto es sensacional, Chloe Moretz se nos presenta encantadora, Ben Kingsley no pierde elegancia, mientras que por su lado, sorprendentemente Sacha Baron Cohen se mete en la piel de un personaje que pese a ser algo tonto, le viene al dedillo.

Evidentemente la música es uno de los elementos que caracteriza a la película, la influencia francesa al componer ésta, se nota. Algunas pistas son realmente cautivadoras y hacen de algunos planos autenticas delicias.

En conclusión es una película inteligente, cuenta con un ritmo dinámico, un buen, muy buen, reparto y unos acabados técnicos de ambientación, vestuario y demás realmente maravillosos. Vedla si teneis ocasión, no creo que os arrepintáis, es cine de aventuras, pero diferente, esta vez es emotivo y efectivo.

Todavía no he conseguido desenamorarme del dúo protagonista, resulta tan
carismático y tan alegre. La película es simple en cuánto a contenido, por que
la verdad es que no hay mucho que rascar, pero ser simple es solo una ventaja
ya que puede permitirse llevar un ritmo acelerado al contar una historia tan
emblemática.

El guión es un logro, una hora y cuarenta minutos en blanco y negro
y sin sonido, eso fue normal en su época, pero en la actualidad dónde sólo los
"BlockBusters" venden y no hay sitio ya para casi nada, este guión tiene mucho
mérito, aunque claramente el estupendo guión se basa en la música, maravillosas
composiciones clásicas que aportan el sentimiento al film. Los personajes hablan
con la orquesta y en conjunto es monumental, la música es una delicia, concuerda
a la perfección.

No me he podido quitar a Jean Dujardin y a Bérénice Bejo de la cabeza desde que terminé
de verla. Su expresividad a la hora de actuar llena por completo la película. Sus
personajes gracias a ellos terminan radiantes y llenos de vida, consiguen transmitir
mucha emotividad durante todo el metraje y su sobresaliente interpretación se nota.

Es en blanco y negro, pero está llena de vida. Es muda, pero tiene mucho que transmitir.
¿Es una obra maestra y pionera dentro del cine actual? Probablemente. Lo que sí que nos
queda claro es el entusiasmo y la pasión que han tenido al llevar la historia a la pantalla,
esos son únicos.

Esta es, sin duda, la prueba de que se puede conseguir una película maravillosa partiendo de nada y menos. Con tan solo 6 actores (principales) y otros 10 (de extras) se consigue crear una película sincera, sencilla y muy bien realizada. La base de esta pelicula es su guion, lleno de vida, originalidad y agilidad. La película se convierte en un combinado que mezcla el estupendo guion con un reparto e interpretaciones magníficas, añadiendo a la mezcla una realización y ambientación impecable. Resulta veraniega, llevadera y divertida, no se estanca no se para, la pelicula sigue su curso, es muy natural, y a lo largo de la película se producen situaciones realmente electrizantes, situaciones atípicas y que no caen en los gags y tópicos de las típicas comedias de pareja. Todo el reparto esta sensacional y se nota bastante...

"The Kids are all right" es una película fantástica: es original, es divertida, es ágil y entretenida. Lisa Cholodenko consigue desde muy poco un trabajo excelente: La Mejor comedia del año 2010.