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Voto de Nico:
10
7.1
472
Serie de TV. Drama
Serie de TV (2002). 1 temporada. 11 episodios. Retrata la vida en las cárceles argentinas a través de la historia de un abogado, Ulises Parodi (Germán Palacios), injustamente encarcelado, que con el devenir de los capítulos se convertirá en un auténtico "tumbero", rival del líder de la cárcel, el magistral Willy (Carlos Belloso). (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hecho de ser una serie de televisión aumenta la idea de que “Tumberos” es “excelente”. Es que esta obra lucha con dignidad inusitada, por su lugar de exhibición, contra la decadencia de la televisión y su búsqueda de resolver la ecuación precio-calidad desatendiendo su segundo componente para achicar por el primero.
La serie cuenta la historia de Ulises Parodi, abogado condenado injustamente a prisión. Una vez preso el protagonista, la obra se centra en la descripción de la vida carcelaria y desarrolla su anécdota principalmente en este mundo. La potencia narrativa de Caetano logra superar la simple descripción, la llana denuncia, para, por momentos, convertir la historia en una alegoría. A la vez, en el exterior también se desarrolla la investigación y la búsqueda de la verdad sobre el crimen del que se acusa a Parodi, la que tiene conexiones con jerarcas políticos.
En su devenir, la serie empieza a abandonar a su suerte a los protagonistas, que poco a poco se van dando cuenta de que forjar otro destino poco tiene que ver con la aceptación de las instituciones, representadas todas por la cárcel. La narración deja de anticipar en base al conocimiento más o menos cultural que tenemos de la realidad que describe y sube al escalón de narrar en base a lo que la serie ya nos aportó. Es decir: los personajes están a la altura de hacer creíble su avatar más allá del parecido que puedan tener con personajes “reales”.
La música acompaña muy lúdicamente la historia, que se permite momentos cómicos, tiernos o incluso “lindos”, más allá del tono recio en que se enmarca.
Las actuaciones son, en general, muy buenas, sobre todo la de los actores que representan personajes secundarios.
Encontrarse con “Tumberos” mirando la tele brinda un poco de esperanza en cuanto al arte y algo de desazón en cuanto a la vida.
La serie cuenta la historia de Ulises Parodi, abogado condenado injustamente a prisión. Una vez preso el protagonista, la obra se centra en la descripción de la vida carcelaria y desarrolla su anécdota principalmente en este mundo. La potencia narrativa de Caetano logra superar la simple descripción, la llana denuncia, para, por momentos, convertir la historia en una alegoría. A la vez, en el exterior también se desarrolla la investigación y la búsqueda de la verdad sobre el crimen del que se acusa a Parodi, la que tiene conexiones con jerarcas políticos.
En su devenir, la serie empieza a abandonar a su suerte a los protagonistas, que poco a poco se van dando cuenta de que forjar otro destino poco tiene que ver con la aceptación de las instituciones, representadas todas por la cárcel. La narración deja de anticipar en base al conocimiento más o menos cultural que tenemos de la realidad que describe y sube al escalón de narrar en base a lo que la serie ya nos aportó. Es decir: los personajes están a la altura de hacer creíble su avatar más allá del parecido que puedan tener con personajes “reales”.
La música acompaña muy lúdicamente la historia, que se permite momentos cómicos, tiernos o incluso “lindos”, más allá del tono recio en que se enmarca.
Las actuaciones son, en general, muy buenas, sobre todo la de los actores que representan personajes secundarios.
Encontrarse con “Tumberos” mirando la tele brinda un poco de esperanza en cuanto al arte y algo de desazón en cuanto a la vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
1) La definición de la serie explota en el sentido alegórico, pero el último capítulo es reservado para volver a la humanidad de los sobrevivientes, dotándola de una ternura capaz de florecer incluso en medio de la devastación.
2) Caetano trabaja explícitamente algo que, a mi entender, sugiere en “Un oso rojo”, y es la idea de la barbarie como producto inevitable de la civilización, que se impone como forma de legitimar un Estado orientado hacia la reproducción del establishment. Reafirmando esta idea, constantemente se hace alusión al parecido institucional que presentan la cárcel y la escuela.
Podríamos pensar que en este sentido Caetano trabaja en un nivel intuitivo. Las dudas sobre hasta dónde el manejo del tema es explícitamente político surgen más por la imagen pública del director que por lo que cuenta, pues en definitiva Parodi, cuando ya ha asumido su lugar, cuando sabe que su libertad pasa por la revolución, es renombrado por sus pares: Belgrano. Esta vez encargado de subvertir el poco orden que queda y convertirlo en libertad.
2) Caetano trabaja explícitamente algo que, a mi entender, sugiere en “Un oso rojo”, y es la idea de la barbarie como producto inevitable de la civilización, que se impone como forma de legitimar un Estado orientado hacia la reproducción del establishment. Reafirmando esta idea, constantemente se hace alusión al parecido institucional que presentan la cárcel y la escuela.
Podríamos pensar que en este sentido Caetano trabaja en un nivel intuitivo. Las dudas sobre hasta dónde el manejo del tema es explícitamente político surgen más por la imagen pública del director que por lo que cuenta, pues en definitiva Parodi, cuando ya ha asumido su lugar, cuando sabe que su libertad pasa por la revolución, es renombrado por sus pares: Belgrano. Esta vez encargado de subvertir el poco orden que queda y convertirlo en libertad.