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Drama. Musical
Selma, inmigrante checa y madre soltera, trabaja en la fábrica de un pueblo de los Estados Unidos. La única vía de escape a tan rutinaria vida es su pasión por la música, especialmente por las canciones y los números de baile de los musicales clásicos de Hollywood. Selma esconde un triste secreto: está perdiendo la vista, pero lo peor es que su hijo también se quedará ciego, si ella no consigue, a tiempo, el dinero suficiente para que ... [+]
2 de abril de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Odio los musicales. Odio el melodrama. Odio a Björk. Odio que intenten manipular mis emociones de manera tan evidente. Pero aquí me tienes, diciéndote cosas que nunca vas a leer. Ojalá "Rompiendo las olas" y "Bailar en la oscuridad" durasen el doble o el triple.
Soy tu esclava. Trátame como una mierda, continúa dudando de mi inteligencia y sigue sin tenerme ningún respeto, señor mezquino cargado de ínfulas. ¿Cómo lograrías hacer estos guiones sin ser la persona cruel y despiadada que pareces? Sigue jugando conmigo, von Trier. Hazme un western moderno sobre dos hermanos, un contable y un farmacéutico tatuados que son adoptados, van en moto, tienen cierto grado de discapacidad y se odian hasta la muerte. Y ambiéntamelo con canciones infantiles. Haz lo que quieras, yo te compro.
Y ya que estoy, como respuesta a las pocas críticas que he leído: lo del principio no son paranoias psicodélicas, son las formas que ves cuando abres los ojos después de frotarlos durante un rato. O eso he querido ver.
Soy tu esclava. Trátame como una mierda, continúa dudando de mi inteligencia y sigue sin tenerme ningún respeto, señor mezquino cargado de ínfulas. ¿Cómo lograrías hacer estos guiones sin ser la persona cruel y despiadada que pareces? Sigue jugando conmigo, von Trier. Hazme un western moderno sobre dos hermanos, un contable y un farmacéutico tatuados que son adoptados, van en moto, tienen cierto grado de discapacidad y se odian hasta la muerte. Y ambiéntamelo con canciones infantiles. Haz lo que quieras, yo te compro.
Y ya que estoy, como respuesta a las pocas críticas que he leído: lo del principio no son paranoias psicodélicas, son las formas que ves cuando abres los ojos después de frotarlos durante un rato. O eso he querido ver.