27 de marzo de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nadie como Visconti pudo rodar dos películas sobre la nobleza italiana en tiempos diferentes, EL GATOPARDO Y EL INOCENTE, con una exquisita dirección, belleza, matices y con actuaciones que, vistas con el tiempo, son sublimes en EL GATOPARDO) y un poco justas en su último film: El INOCENTE y es quizá el único defecto de esta gran obra que, espléndida en su planteamiento, nos introduce de nuevo en el mundo del propio director que también conocía, desenmascarando su hipocresía, sus falsedades y sus miserias...y mostrando, ¡cómo no! la belleza de es@s aristócratas. Laura Antonelli bellísima en un drama que deja corto al de su vida real, y Jennifer O´Neill, uno de los rostros más bellos de los setenta. A su lado Giancarlo Giannini cuya actuación queda por debajo de lo que puede esperarse de una obra de Luchino Visconti. No obstante fue el testamento de uno de los más grandes directores del cine italiano.
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