15 de marzo de 2019
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Dos hombres muy diferentes coinciden en un ático. Aunque ambos se esfuerzan por mostrarse cordiales, la presencia de una espada samurái perturbará el encuentro.
Otro episodio teatral, muy interesante desde el punto de vista sociológico, donde los personajes tendrán que enfrentarse a sus respectivos sentimientos de culpa. Por un lado, un excombatiente que observa la llegada a su barrio de inmigrantes, inmigrantes que demandan los mismos puestos de trabajo que él, inmigrantes de idéntico aspecto al de los enemigos con los que se midió en la guerra -“nos dijeron que eráis simios, ahora resulta que sois una raza muy culta”-. Por otro lado, tenemos a un joven de origen japonés que trata de abrirse camino en un país contra el que conspiró su padre.
Entre los dos hombres surge una extraña rivalidad alentada por el elemento fantástico: una katana que reclama venganza para su antiguo dueño. Algunos de los temas que retrata el capítulo también se abordaron en la película “Gran Torino”, de Clint Eastwood, que asimismo se centraba en la relación entre un veterano de guerra y un inmigrante asiático.
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