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Voto de dorian88:
2
3 de enero de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como no podía ser de otro modo, Ridley Scott no nos ha decepcionado, y nos ha traído un nuevo drama histórico de los suyos, con sus recursos de siempre y con su absoluta ignorancia y falta de sentido histórico. Y sí, ya sé que Scott cuenta con una legión de seguidores desde el aciago día que apuñaló de muerte el género histórico con aquel patético remake de Espartaco; y ya sé que dichos admiradores saturarán mi correo durante semanas con toda clase de maldiciones, sapos y culebras, pero estoy dispuesto a arriesgarme. Eso sí, mis explicaciones tengo.
Podría perdonarle su nula originalidad y su mediocridad manifiesta, pero lo que jamás puedo perdonarle a una película es que sea pretenciosa. Quiero decir, que intente vendernos un cierto nivel intelectual -ya no digo estético, a Scott ya hace mucho que no se le pide tanto-, como diciéndonos que él tiene algo que aportar, una visión nueva, polémica, interesante para el espectador. Que intente, en definitiva, ponerse por encima de los demás directores de superhipermegaproducciones hollywoodienses cuando después de bodrios infumables y mentirosos como "Gladiator", "Robin Hood" o "El reino de los cielos" ya nos ha demostrado la clase de cineasta que es. Menos mal que hizo aquellas dos o tres películas a principios de su carrera ("Blade Runner", "Thelma y Louise" o "Alien", como mucho) que hoy le permiten firmar con su nombre esta clase de cintas de cine basura, como si fueran películas de autor. Al final, todo es una cuestión de marketing, y fue precisamente el marketing el que nos vendió "Exodus" como una aportación nueva a la leyenda bíblica, como algo más que un simple remake de la soberbia obra clásica de Cecil B. DeMile. Por supuesto, no le llega ni a la suela de los zapatos. Es más, no ha sido capaz de aportar nada nuevo ni interesante, no ha cambiado en absoluto de perspectiva ni ha intentado relativizar en lo más mínimo ningún aspecto moral de la historia. La vertiente política, que presuntamente era el aspecto más polémico e innovador, no está por ningún sitio. No hay, por tanto nada de revolucionario en "Exodus". Solo la misma historia de siempre, pero con los diálogos reducidos a tópicos vacíos del tipo "te quiero, amor mío", "vengaré tu muerte" o "muere malvado!" -no recuerdo si estas frases en concreto aparecen en "Exodus", pero desde luego van en esa línea-, elipsis temporales descompensadas y mal introducidas, y tambaleantes y predecibles giros de guión llenos de paja y más paja. Hubiera sido mejor que se hubiera centrado en algún aspecto concreto de la historia (el religioso, el moral, el político) o que hubiera desarrollado algún tema en particular (la tiranía, el fanatismo, la esclavitud, por poner algunos ejemplos), pero ha querido tocar todos los temas y al final no ha profundizado en ninguno, resultando una película llana, vacía y fría, sin sentimiento, sin que los personajes muestren ninguna clase de psicología más allá del tópico fácil y la simplificación vana. En cuanto a la narrativa, ha tenido que recurrir nuevamente a la introducción de letras blancas sobre fondo negro para que el espectador entienda el contexto histórico, lo que demuestra su absoluta incapacidad como narrador además de que trata a los espectadores como idiotas. Es algo que hace siempre; ya sabéis: "En el año tal y cual antes de Cristo", etc. etc.
En el aspecto técnico, la cinta muestra la corrección que garantiza el hecho de contar con tanto presupuesto, lo que permite contratar a los mejores equipos. Pero nada más, no hay nada interesante en cuanto a la cámara: es absolutamente formal. Intenta aportar una atmósfera oscura para incrementar el dramatismo, y lo consigue por momentos, pero me hubiera gustado más ver un Egipto soleado, brillante y en apogeo, como realmente era. De hecho, yo creía que esa imagen de los egipcios erigiendo pirámides con cientos de miles de esclavos a golpe de latigazo estaba más que superada. Pensaba, iluso de mí, que Scott habría podido evitar esa visión tópica y falsa, pero ni a eso se ha atrevido. Como en sus anteriores epopeyas históricas, parece documentarse en libros de primaria: su visión de las civilizaciones y culturas antiguas siempre es igual de tópico y superficial, por muy bien recreadas que estén las vestimentas y el armamento. Los efectos especiales, con mucho 3D y tal, tampoco son nada meritorio en un mundo en el que cualquier videojuego tiene cinemáticas de la misma calidad o incluso superior. No es, por tanto, un aspecto cinematográfico y no puede definir la calidad de la película -un guión o una interpretación, por sí solos, pueden hacer que una película sea buena, pero los efectos especiales no-. En cuanto a la banda sonora, como siempre a base de flautas y cornamusas, salpicada de toques afromoriscos y con mucho viento metal y mucho platillo en las escenas épicas. Nada sorprendente ni llamativo en una película que, como ya hemos dicho, cuenta con un presupuesto tan elevado. (Continúa en spoiler)
Podría perdonarle su nula originalidad y su mediocridad manifiesta, pero lo que jamás puedo perdonarle a una película es que sea pretenciosa. Quiero decir, que intente vendernos un cierto nivel intelectual -ya no digo estético, a Scott ya hace mucho que no se le pide tanto-, como diciéndonos que él tiene algo que aportar, una visión nueva, polémica, interesante para el espectador. Que intente, en definitiva, ponerse por encima de los demás directores de superhipermegaproducciones hollywoodienses cuando después de bodrios infumables y mentirosos como "Gladiator", "Robin Hood" o "El reino de los cielos" ya nos ha demostrado la clase de cineasta que es. Menos mal que hizo aquellas dos o tres películas a principios de su carrera ("Blade Runner", "Thelma y Louise" o "Alien", como mucho) que hoy le permiten firmar con su nombre esta clase de cintas de cine basura, como si fueran películas de autor. Al final, todo es una cuestión de marketing, y fue precisamente el marketing el que nos vendió "Exodus" como una aportación nueva a la leyenda bíblica, como algo más que un simple remake de la soberbia obra clásica de Cecil B. DeMile. Por supuesto, no le llega ni a la suela de los zapatos. Es más, no ha sido capaz de aportar nada nuevo ni interesante, no ha cambiado en absoluto de perspectiva ni ha intentado relativizar en lo más mínimo ningún aspecto moral de la historia. La vertiente política, que presuntamente era el aspecto más polémico e innovador, no está por ningún sitio. No hay, por tanto nada de revolucionario en "Exodus". Solo la misma historia de siempre, pero con los diálogos reducidos a tópicos vacíos del tipo "te quiero, amor mío", "vengaré tu muerte" o "muere malvado!" -no recuerdo si estas frases en concreto aparecen en "Exodus", pero desde luego van en esa línea-, elipsis temporales descompensadas y mal introducidas, y tambaleantes y predecibles giros de guión llenos de paja y más paja. Hubiera sido mejor que se hubiera centrado en algún aspecto concreto de la historia (el religioso, el moral, el político) o que hubiera desarrollado algún tema en particular (la tiranía, el fanatismo, la esclavitud, por poner algunos ejemplos), pero ha querido tocar todos los temas y al final no ha profundizado en ninguno, resultando una película llana, vacía y fría, sin sentimiento, sin que los personajes muestren ninguna clase de psicología más allá del tópico fácil y la simplificación vana. En cuanto a la narrativa, ha tenido que recurrir nuevamente a la introducción de letras blancas sobre fondo negro para que el espectador entienda el contexto histórico, lo que demuestra su absoluta incapacidad como narrador además de que trata a los espectadores como idiotas. Es algo que hace siempre; ya sabéis: "En el año tal y cual antes de Cristo", etc. etc.
En el aspecto técnico, la cinta muestra la corrección que garantiza el hecho de contar con tanto presupuesto, lo que permite contratar a los mejores equipos. Pero nada más, no hay nada interesante en cuanto a la cámara: es absolutamente formal. Intenta aportar una atmósfera oscura para incrementar el dramatismo, y lo consigue por momentos, pero me hubiera gustado más ver un Egipto soleado, brillante y en apogeo, como realmente era. De hecho, yo creía que esa imagen de los egipcios erigiendo pirámides con cientos de miles de esclavos a golpe de latigazo estaba más que superada. Pensaba, iluso de mí, que Scott habría podido evitar esa visión tópica y falsa, pero ni a eso se ha atrevido. Como en sus anteriores epopeyas históricas, parece documentarse en libros de primaria: su visión de las civilizaciones y culturas antiguas siempre es igual de tópico y superficial, por muy bien recreadas que estén las vestimentas y el armamento. Los efectos especiales, con mucho 3D y tal, tampoco son nada meritorio en un mundo en el que cualquier videojuego tiene cinemáticas de la misma calidad o incluso superior. No es, por tanto, un aspecto cinematográfico y no puede definir la calidad de la película -un guión o una interpretación, por sí solos, pueden hacer que una película sea buena, pero los efectos especiales no-. En cuanto a la banda sonora, como siempre a base de flautas y cornamusas, salpicada de toques afromoriscos y con mucho viento metal y mucho platillo en las escenas épicas. Nada sorprendente ni llamativo en una película que, como ya hemos dicho, cuenta con un presupuesto tan elevado. (Continúa en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Los personajes están absolutamente vacíos. El Moisés que recrea Bale no es ni una triste sombra del de Charlton Heston, y me da pena decirlo porque me cae bastante mejor el primero que el segundo, pero la verdad es la verdad. Echamos de menos aquel Moisés épico y señorial que abría las aguas a golpe de bastón, el Moisés que bajaba de la montaña e increpaba a los judíos que habían caído en la idolatría, el Moisés que entraba en palacio al grito de "deja partir a mi pueblo!". Ha querido humanizarlo y darle un toque realista, y lo ha simplificado. Entiendo que no haya querido caer en tópicos en este aspecto en particular, que quería hacer un Moisés diferente, pero no ha sido capaz, ni siquiera le ha quedado épico. El guión no le permite construir su personaje. Nunca llegamos a entender la conexión sentimental y psicológica que une a Moisés con el pueblo hebreo, no llegamos a identificarnos con él y su causa, y mucho menos con su historia. Por eso todo lo que ocurre nos parece frío y distante. Además, Moisés tiene una ideología y una psicología absolutamente anacrónica, de la Norteamérica democrática del siglo XXI, al igual que Robin Hood, Balian, y el gladiador de cuyo nombre no quiero acordarme. El faraón es un personaje tópico y maniqueo que impide, con su evidente y escandalosa crueldad -solo le falta la carcajada cruel después de cada fechoría-, que podamos entender la película en clave de conflicto moral. Los egipcios son malos y los hebreos son buenos. No hay más conclusión posible, y nunca podría haberla a no ser que Scott quisiera que la sionista y agitadora sociedad norteamericana lo quemara en efigie.
Y en cuanto al muy comentado detalle del niño dios, creo que es lo mejor de la película, pero también creo que por una cosa buena que tenía entre manos, no le ha sacado ni la mitad del jugo. Podría haber profundizado en esa relación de amor odio que se establece entre Moisés y su dios, las tribulaciones del primero, y la crueldad y barbarie del segundo. Pero parece que no ha tenido tiempo. Puede que lo mejore en la versión extendida, lo cual es siempre algo lamentable e hipócrita (en plan, "puedo hacerlo mejor, pero tendréis que comprar el dvd para comprobarlo").
En resumen, una cinta pretenciosa, a la par que irrelevante, mediocre y absolutamente prescindible. Al menos, y esto hay que reconocérselo, tiene algunas escenas interesantes que durante escasos pero benditos minutos te hacen olvidar el nivel de basura al que te enfrentas. En ese sentido, es mejor -o menos mala, si se prefiere- que Gladiator o Robin Hood; no transmite tanta vergüenza ajena.
LO MEJOR: La relación entre Moisés y su dios. Podía haber trabajado más en el tema, en vez de perder tanto metraje con relleno a base de batallitas, plagas y planos paisajísticos.
LO PEOR: La enorme y escandalosa cantidad de errores históricos de bulto, ya no en las fechas ni en los detalles históricos (hasta en eso se pueden aceptar licencias literarias), sino en el sentido histórico, en la base, en la visión que da de las civilizaciones antiguas, como hace en sus demás epopeyas históricas. Ya hemos comentado el aspecto de la esclavitud, pero hay muchas más cosas, como que se construyan pirámides en época de Ramsés II, cuando ya hacía milenios que no se hacían; que se utilice el templo de Abu Simbel (que ni siquiera estaba construido aún) como tumba de Seti II -nunca fue una tumba, de hecho-, o que las mujeres de las tribus del desierto estén tan bien maquilladas, con la tez tan pálida y suave, y con las dentaduras tan blancas y perfectas. Por dios, Scott! Esta gente vivía casi a la intemperie, se dedicaban a criar cabras, ordeñarlas, cultivar poco menos que en la roca viva y tostarse al sol moliendo grano; estaban llenos de suciedad, manchas, piorreas y escorbuto. Es lo peor desde el momento "soy el emperador y quiero luchar en la arena del circo!". Por favor, no nos insultes!!
Y en cuanto al muy comentado detalle del niño dios, creo que es lo mejor de la película, pero también creo que por una cosa buena que tenía entre manos, no le ha sacado ni la mitad del jugo. Podría haber profundizado en esa relación de amor odio que se establece entre Moisés y su dios, las tribulaciones del primero, y la crueldad y barbarie del segundo. Pero parece que no ha tenido tiempo. Puede que lo mejore en la versión extendida, lo cual es siempre algo lamentable e hipócrita (en plan, "puedo hacerlo mejor, pero tendréis que comprar el dvd para comprobarlo").
En resumen, una cinta pretenciosa, a la par que irrelevante, mediocre y absolutamente prescindible. Al menos, y esto hay que reconocérselo, tiene algunas escenas interesantes que durante escasos pero benditos minutos te hacen olvidar el nivel de basura al que te enfrentas. En ese sentido, es mejor -o menos mala, si se prefiere- que Gladiator o Robin Hood; no transmite tanta vergüenza ajena.
LO MEJOR: La relación entre Moisés y su dios. Podía haber trabajado más en el tema, en vez de perder tanto metraje con relleno a base de batallitas, plagas y planos paisajísticos.
LO PEOR: La enorme y escandalosa cantidad de errores históricos de bulto, ya no en las fechas ni en los detalles históricos (hasta en eso se pueden aceptar licencias literarias), sino en el sentido histórico, en la base, en la visión que da de las civilizaciones antiguas, como hace en sus demás epopeyas históricas. Ya hemos comentado el aspecto de la esclavitud, pero hay muchas más cosas, como que se construyan pirámides en época de Ramsés II, cuando ya hacía milenios que no se hacían; que se utilice el templo de Abu Simbel (que ni siquiera estaba construido aún) como tumba de Seti II -nunca fue una tumba, de hecho-, o que las mujeres de las tribus del desierto estén tan bien maquilladas, con la tez tan pálida y suave, y con las dentaduras tan blancas y perfectas. Por dios, Scott! Esta gente vivía casi a la intemperie, se dedicaban a criar cabras, ordeñarlas, cultivar poco menos que en la roca viva y tostarse al sol moliendo grano; estaban llenos de suciedad, manchas, piorreas y escorbuto. Es lo peor desde el momento "soy el emperador y quiero luchar en la arena del circo!". Por favor, no nos insultes!!