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Voto de Alvaro_Pelis:
9
2018
7.6
30,347
Animación. Aventuras. Acción. Fantástico
En un universo paralelo donde Peter Parker ha muerto, un joven de secundaria llamado Miles Morales es el nuevo Spider-Man. Sin embargo, cuando el líder mafioso Wilson Fisk (a.k.a Kingpin) construye el "Super Colisionador" trae a una versión alternativa de Peter Parker que tratará de enseñarle a Miles como ser un mejor Spider-Man. Pero no será el único Spider Man en entrar a este universo, 4 versiones alternas de Spidey aparecerán y ... [+]
13 de junio de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre muchas otras cosas, el cine es el arte del detalle. “Un nuevo universo” no lo olvida, así que se detiene el tiempo necesario para que Aaron, el tío de Miles, enseñe a su sobrino la técnica definitiva para ligar con una chica. Se trata de ponerle una mano en el hombro, hacerle una mirada seductora y decir una muletilla tan simple como un “hey”. A simple vista, puede ser el momento más absurdo e irrelevante de la película, pero no hay quien no se quede con la boca abierta cuando descubrimos la importancia que llega a tener ese pequeño detalle en la narrativa. Antes de seguir con esto veamos un pequeño apunte.
Una de las cosas que más me fascinan de los superhéroes es la relación héroe-persona. En “Un nuevo universo” Miles debe lidiar con su responsabilidad como salvador de la ciudad y a la vez con sus relaciones personales. La película nunca olvida la doble cara del protagonista. Sus dos mundos están en constante estado de distancia-cercanía, y el objetivo interno de Miles es mantener el equilibrio entre ellos. Es decir, si se olvida de ser un hijo para sus padres y solo se enfoca en su tarea como superhéroe perderá el peso familiar, o si deja de solucionar la grieta entre universos para pasar más tiempo con su familia perderá sus valores éticos como héroe. Sin embargo, si su familia y sus conocidos descubren que él es Spiderman, se puede fastidiar su identidad anónima como héroe y, por lo tanto, su identidad como persona. A partir de aquí, la película experimenta con los conflictos externos e internos del personaje para indagar lo máximo posible en su iconocidad como Spiderman.
Por ejemplo, (Spoilers hasta el final del párrafo) la película se desafía a sí misma en el momento en el que descubrimos que el tío Aaron es un villano y, por si fuera poco, Kingpin lo mata. Los dos mundos de Miles finalmente colapsan y el personaje se derrumba, pero es gracias a la carga emocional que ha conseguido Miles a lo largo de la película que sigue persiguiendo su objetivo. Pero, ¿qué carga emocional? En el caso del tío Aaron, lo único que necesita Miles sobre lo que le ha enseñado es aquel detalle que parecía tan insignificante: “hey”. Se cierra el arco vengativo entre estos tres personajes: en el clímax de la película Miles vence a Kingpin, el hombre que mató a su tío, a través de aquella enseñanza que su tío le enseñó. A la vez, la película consigue convertir un elemento pequeño y divertido en uno grandioso e impactante. Simplemente extraordinario.
Pues este elemento tan importante sobre diferenciar las dos caras del personaje no solo se utiliza guionísticamente sino tambien en lo visual y sonoro. Musicalmente, asociamos por lo general el pop-trap indie cuando vemos a Miles y la música orquestral “rollo banda sonora” cuando vemos a Spiderman. La tipología y el tratamiento de los planos hacen lo mismo, de manera que vemos una puesta en escena “casual”, transparente y a veces pegada sobre los rostros de los personajes en las escenas de Miles y una puesta en escena frenética, informal, épica, aviñetada y a veces más experimentada en las escenas de Spidey. O incluso lo encontramos en las técnicas de animación, ya que mientras las escenas de Miles se limitan a ese 3D tan característico, las de Spiderman se permiten experimentar con la fusión entre 3D y 2D, el framerate, el desenfoque de movimiento, las físicas, los tamaños o las texturas.
Solo hace falta fijarnos en el contraste entre dos escenas consecutivas de la película (Spoilers hasta el final del párrafo): el reflexivo monólogo de Jefferson, el padre de Miles, hacia su hijo mientras este está atado a una silla con sus propias telarañas, y la siguiente escena, el famoso “salto de Miles”. De hecho, volviendo a lo musical, me maravilla que en el “salto de Miles” se fusionen la música pop indie y la música orquestal que comentaba, porque es el momento en el que Miles se convierte definitivamente en el nuevo Spiderman. Sus dos identidades colisionan y Miles consigue encontrarse a sí mismo.
Por otro lado, una de las cosas más admirables de la película es el modo en el que reinventa al personaje de Spiderman. Mucho se dice que los nuevos remakes / live-action de Disney como “La bella y la bestia”, “El rey león” o la más reciente “La sirenita” son películas hechas para las nuevas generaciones. Pero lo cierto es que el hecho de rehacer películas del siglo pasado prácticamente plano a plano no puede ser algo más conservador. Y tres cuartos de lo mismo sobre “Spider-Man: No way home” con su buen puñado de actores reciclados para interpretar los mismos papeles en la misma historia. “Un nuevo universo” sí que consigue un acercamiento realmente auténtico a las nuevas generaciones aún con un personaje más viejo que las puertas de nuestras casas. Admiro esta película por la capacidad que tiene para demostrarnos que en realidad no estamos cansados de los superhéroes, sino que lo único que necesitábamos era un soplo de aire fresco en lo que se refiere a forma cinematográfica.
La película desde un principio da por hecho que todos conocemos al personaje y su bagaje. Así que se propone ir más allá, manteniendo un equilibrio entre lo nuevo y lo viejo. Fijémonos en que los personajes que ya conocíamos como Peter, Mary Jane o la tía May no se utilizan con un fin emocional, como ya se hacía en todas las anteriores películas, sino como herramienta en segundo plano para dar masa a la historia. Mientras Marvel Studios piensa que una tía May joven es una tía May nueva, en "Un nuevo universo" la tía May es la señora mayor de siempre pero esta vez machaca enemigos y presenta nuevas versiones de Spiderman. ¿Qué hay más original y progresista que eso?
Y aunque en el fondo estemos viendo la misma historia de siempre sobre superhéroes que deben salvar el universo de las garras de un malvado villano, lo interesante de la película no está en la trama en sí sino en la perspectiva que tiene esta sobre los cánones actuales del cine de superhéroes. Sigo en la sección Spoilers.
Una de las cosas que más me fascinan de los superhéroes es la relación héroe-persona. En “Un nuevo universo” Miles debe lidiar con su responsabilidad como salvador de la ciudad y a la vez con sus relaciones personales. La película nunca olvida la doble cara del protagonista. Sus dos mundos están en constante estado de distancia-cercanía, y el objetivo interno de Miles es mantener el equilibrio entre ellos. Es decir, si se olvida de ser un hijo para sus padres y solo se enfoca en su tarea como superhéroe perderá el peso familiar, o si deja de solucionar la grieta entre universos para pasar más tiempo con su familia perderá sus valores éticos como héroe. Sin embargo, si su familia y sus conocidos descubren que él es Spiderman, se puede fastidiar su identidad anónima como héroe y, por lo tanto, su identidad como persona. A partir de aquí, la película experimenta con los conflictos externos e internos del personaje para indagar lo máximo posible en su iconocidad como Spiderman.
Por ejemplo, (Spoilers hasta el final del párrafo) la película se desafía a sí misma en el momento en el que descubrimos que el tío Aaron es un villano y, por si fuera poco, Kingpin lo mata. Los dos mundos de Miles finalmente colapsan y el personaje se derrumba, pero es gracias a la carga emocional que ha conseguido Miles a lo largo de la película que sigue persiguiendo su objetivo. Pero, ¿qué carga emocional? En el caso del tío Aaron, lo único que necesita Miles sobre lo que le ha enseñado es aquel detalle que parecía tan insignificante: “hey”. Se cierra el arco vengativo entre estos tres personajes: en el clímax de la película Miles vence a Kingpin, el hombre que mató a su tío, a través de aquella enseñanza que su tío le enseñó. A la vez, la película consigue convertir un elemento pequeño y divertido en uno grandioso e impactante. Simplemente extraordinario.
Pues este elemento tan importante sobre diferenciar las dos caras del personaje no solo se utiliza guionísticamente sino tambien en lo visual y sonoro. Musicalmente, asociamos por lo general el pop-trap indie cuando vemos a Miles y la música orquestral “rollo banda sonora” cuando vemos a Spiderman. La tipología y el tratamiento de los planos hacen lo mismo, de manera que vemos una puesta en escena “casual”, transparente y a veces pegada sobre los rostros de los personajes en las escenas de Miles y una puesta en escena frenética, informal, épica, aviñetada y a veces más experimentada en las escenas de Spidey. O incluso lo encontramos en las técnicas de animación, ya que mientras las escenas de Miles se limitan a ese 3D tan característico, las de Spiderman se permiten experimentar con la fusión entre 3D y 2D, el framerate, el desenfoque de movimiento, las físicas, los tamaños o las texturas.
Solo hace falta fijarnos en el contraste entre dos escenas consecutivas de la película (Spoilers hasta el final del párrafo): el reflexivo monólogo de Jefferson, el padre de Miles, hacia su hijo mientras este está atado a una silla con sus propias telarañas, y la siguiente escena, el famoso “salto de Miles”. De hecho, volviendo a lo musical, me maravilla que en el “salto de Miles” se fusionen la música pop indie y la música orquestal que comentaba, porque es el momento en el que Miles se convierte definitivamente en el nuevo Spiderman. Sus dos identidades colisionan y Miles consigue encontrarse a sí mismo.
Por otro lado, una de las cosas más admirables de la película es el modo en el que reinventa al personaje de Spiderman. Mucho se dice que los nuevos remakes / live-action de Disney como “La bella y la bestia”, “El rey león” o la más reciente “La sirenita” son películas hechas para las nuevas generaciones. Pero lo cierto es que el hecho de rehacer películas del siglo pasado prácticamente plano a plano no puede ser algo más conservador. Y tres cuartos de lo mismo sobre “Spider-Man: No way home” con su buen puñado de actores reciclados para interpretar los mismos papeles en la misma historia. “Un nuevo universo” sí que consigue un acercamiento realmente auténtico a las nuevas generaciones aún con un personaje más viejo que las puertas de nuestras casas. Admiro esta película por la capacidad que tiene para demostrarnos que en realidad no estamos cansados de los superhéroes, sino que lo único que necesitábamos era un soplo de aire fresco en lo que se refiere a forma cinematográfica.
La película desde un principio da por hecho que todos conocemos al personaje y su bagaje. Así que se propone ir más allá, manteniendo un equilibrio entre lo nuevo y lo viejo. Fijémonos en que los personajes que ya conocíamos como Peter, Mary Jane o la tía May no se utilizan con un fin emocional, como ya se hacía en todas las anteriores películas, sino como herramienta en segundo plano para dar masa a la historia. Mientras Marvel Studios piensa que una tía May joven es una tía May nueva, en "Un nuevo universo" la tía May es la señora mayor de siempre pero esta vez machaca enemigos y presenta nuevas versiones de Spiderman. ¿Qué hay más original y progresista que eso?
Y aunque en el fondo estemos viendo la misma historia de siempre sobre superhéroes que deben salvar el universo de las garras de un malvado villano, lo interesante de la película no está en la trama en sí sino en la perspectiva que tiene esta sobre los cánones actuales del cine de superhéroes. Sigo en la sección Spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Peter ya no es el héroe icónico e ideal que todos admirábamos desde el primer “Spider-Man” de Sam Raimi, sino que ahora este personaje ha muerto (literalmente en la película) y solo queda de él una versión alternativa más gorda y más fea. Espero no ser el único que interpreta esto como una metáfora de la evolución del cine de superhéroes. Se pierde el concepto de superhéroe tradicional como un ser casi divino y siempre dispuesto a salvar la ciudad para persuadirnos con la idea de que cualquiera puede llevar la máscara. La música deja de sonar “rollo banda sonora” y se acaba convirtiendo en una canción trap de Post Malone. El live-action muere para dar paso a un nuevo tipo de animación nunca antes visto. Esto es lo brillante de la película. “Un nuevo universo” deconstruye el pasado y construye una forma cinematográfica que sentará las bases del futuro cine de superhéroes y del futuro cine de animación (escribiendo esto en 2023, ya podemos ver la influencia en obras como “Arcane: League of Legends”, “El gato con botas: El último deseo” o la futura “Ninja Turtles: Caos mutante”). Se trata de readaptar el universo del personaje a la situación cultural actual.
Pero es cierto que hay un pequeño error en lo que comento. Si la idea es hacer un producto lo más original y refrescante posible, ¿por qué en vez de hacer otra película de Spiderman no se hace una historia nueva con personajes nuevos? Porque, queramos o no, no es ninguna sorpresa que vivimos en la era del marketing. Y el objetivo de esta película es mantener la marca del producto con un personaje atrayente para todo el mundo pero a la vez mostrar una perspectiva nunca antes vista de él. Eso es lo asombroso de la película: su capacidad para encontrar un equilibrio entre el éxito comercial y la calidad artística. Esa idea que he comentado antes sobre el progresismo y la muerte de lo viejo no es más que una estrategia de marketing que utiliza la película para introducir nuevos personajes (como Peni Parker, Spider-Ham, Spider-Man Noir o Spider-Gwen) y vender más funkos, presentar el nuevo single del trapero de éxito o ampliar el target de la película con su estilo de animación “aesthetic” y moderno para que la vayan a ver hasta los niños de parvulario. Pero, más allá de la genialidad que hay detrás del marketing de esta película, todos estos elementos tienen funciones narrativas originales y atrevidas, muchas de ellas comentadas durante esta crítica. Los directivos de Sony dijeron: “si vamos a hacer una película buena, ¿por qué no hacer una película buena que además asegure el éxito comercial?” Dieron en el clavo. “Un nuevo universo” es un producto de marketing perfecto. Diría que es lo mejor que se ha podido hacer de un personaje tan deteriorado como Spiderman en la época actual.
Un guion perfecto, un estilo visual que experimenta con múltiples técnicas de animación y donde cada frame podría ser la viñeta de un cómic, un tratamiento fascinante del imaginario de Spiderman y una película que entiende al personaje. Es brillante cómo la séptima película del hombre araña puede ser paradójicamente la más original e inspiradora. Pensábamos que “Spider-Man” y “Spider-Man 2” de Sam Raimi eran las películas ideales del personaje. Pero desde que llegó “Un nuevo universo” o “Into de Spider-Verse” nos dimos cuenta de que esta ni siquiera es la película de Spiderman de nuestros sueños, sino que va mucho más allá de lo que jamás habíamos imaginado.
Brindemos por más películas así, por su secuela “Cruzando el multiverso”, menor pero igualmente magnífica, y por el cine como un medio inagotable.
Pero es cierto que hay un pequeño error en lo que comento. Si la idea es hacer un producto lo más original y refrescante posible, ¿por qué en vez de hacer otra película de Spiderman no se hace una historia nueva con personajes nuevos? Porque, queramos o no, no es ninguna sorpresa que vivimos en la era del marketing. Y el objetivo de esta película es mantener la marca del producto con un personaje atrayente para todo el mundo pero a la vez mostrar una perspectiva nunca antes vista de él. Eso es lo asombroso de la película: su capacidad para encontrar un equilibrio entre el éxito comercial y la calidad artística. Esa idea que he comentado antes sobre el progresismo y la muerte de lo viejo no es más que una estrategia de marketing que utiliza la película para introducir nuevos personajes (como Peni Parker, Spider-Ham, Spider-Man Noir o Spider-Gwen) y vender más funkos, presentar el nuevo single del trapero de éxito o ampliar el target de la película con su estilo de animación “aesthetic” y moderno para que la vayan a ver hasta los niños de parvulario. Pero, más allá de la genialidad que hay detrás del marketing de esta película, todos estos elementos tienen funciones narrativas originales y atrevidas, muchas de ellas comentadas durante esta crítica. Los directivos de Sony dijeron: “si vamos a hacer una película buena, ¿por qué no hacer una película buena que además asegure el éxito comercial?” Dieron en el clavo. “Un nuevo universo” es un producto de marketing perfecto. Diría que es lo mejor que se ha podido hacer de un personaje tan deteriorado como Spiderman en la época actual.
Un guion perfecto, un estilo visual que experimenta con múltiples técnicas de animación y donde cada frame podría ser la viñeta de un cómic, un tratamiento fascinante del imaginario de Spiderman y una película que entiende al personaje. Es brillante cómo la séptima película del hombre araña puede ser paradójicamente la más original e inspiradora. Pensábamos que “Spider-Man” y “Spider-Man 2” de Sam Raimi eran las películas ideales del personaje. Pero desde que llegó “Un nuevo universo” o “Into de Spider-Verse” nos dimos cuenta de que esta ni siquiera es la película de Spiderman de nuestros sueños, sino que va mucho más allá de lo que jamás habíamos imaginado.
Brindemos por más películas así, por su secuela “Cruzando el multiverso”, menor pero igualmente magnífica, y por el cine como un medio inagotable.