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Drama
El 6 de mayo de 1938, Hitler visita Roma. Es un día de fiesta para la Italia fascista, que se vuelca en el recibimiento. En una casa de vecinos sólo quedan la portera, un ama de casa, Antonietta y Gabriele, que teme a la policía por algún motivo desconocido. Al margen de la celebración política, Antonietta y Gabriele establecen una relación afectiva muy especial que les permite evadirse durante unas horas de la tristeza y monotonía de ... [+]
5 de marzo de 2009
108 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las cuentas con el pretérito fascista, tardaron en ser saldadas en el cine italiano, al igual que a Alemania le ocurrió con el pasado nazi. “Una Jornada Particular” es una película radical, nada condescendiente con la ceguera del pueblo italiano que apoyaba en masa a su Duce.
Los hechos suceden a lo largo de un día, el 6 de Mayo de 1938, en el que Hiler visitó Roma y fue recibido con todos los honores por los ciudadanos romanos y el ejército. Sin embargo, lo que sucede en las calles no se ve, nos lo cuenta una radio que pone la portera del bloque de edificios donde viven los personajes interpretados por Mastroianni y Loren.
El bloque se vacía al acudir todos en masa con sus mejores galas al desfile. Antonietta se queda sola para ejercer como ama de casa aunque su deseo era acudir a la parada. El azar determinará que se encuentre con la otra persona que se ha quedado en el edificio, además de la portera. Es Gabriele, un locutor de radio al que desde el principio se nos muestra que no le hace ni puñetera gracia tal parafernalia en las calles de la capital.
Charlan y toman café. Poco a poco van conociendo las mutuas frustraciones y sinsabores que les produce el sentirse ignorados. El tono de la fotografía es mustio y contribuye a ese pesimismo. El drama es contenido en la realización y la complicidad entre ambos permite momentos de plena identificación de un espectador que comprueba como la inmensa mayoría del pueblo apoyaba al fascismo y se enorgullece de ello. Este es el gran escándalo que causó el largometraje, ya que expone la ausencia de resistencia al mismo y la soberana estupidez de unos italianos que soñaban con fastos imperiales.
“Una jornada particular” es original y sencilla. Con momentos para la sonrisa amarga y para la desolación tranquila. Si fuese italiano, sentiría vergüenza de mi nacionalidad y su pasado. Vergüenza que también siente Scola y le lanza a la cara a sus compatriotas en este film.
Los hechos suceden a lo largo de un día, el 6 de Mayo de 1938, en el que Hiler visitó Roma y fue recibido con todos los honores por los ciudadanos romanos y el ejército. Sin embargo, lo que sucede en las calles no se ve, nos lo cuenta una radio que pone la portera del bloque de edificios donde viven los personajes interpretados por Mastroianni y Loren.
El bloque se vacía al acudir todos en masa con sus mejores galas al desfile. Antonietta se queda sola para ejercer como ama de casa aunque su deseo era acudir a la parada. El azar determinará que se encuentre con la otra persona que se ha quedado en el edificio, además de la portera. Es Gabriele, un locutor de radio al que desde el principio se nos muestra que no le hace ni puñetera gracia tal parafernalia en las calles de la capital.
Charlan y toman café. Poco a poco van conociendo las mutuas frustraciones y sinsabores que les produce el sentirse ignorados. El tono de la fotografía es mustio y contribuye a ese pesimismo. El drama es contenido en la realización y la complicidad entre ambos permite momentos de plena identificación de un espectador que comprueba como la inmensa mayoría del pueblo apoyaba al fascismo y se enorgullece de ello. Este es el gran escándalo que causó el largometraje, ya que expone la ausencia de resistencia al mismo y la soberana estupidez de unos italianos que soñaban con fastos imperiales.
“Una jornada particular” es original y sencilla. Con momentos para la sonrisa amarga y para la desolación tranquila. Si fuese italiano, sentiría vergüenza de mi nacionalidad y su pasado. Vergüenza que también siente Scola y le lanza a la cara a sus compatriotas en este film.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La ESCENA:
Sophia Loren, el mito erótico por excelencia del cine italiano, aparece al comienzo recogiendo su casa y despertando a su numerosa prole. Está en bata, con zapatillas y desarreglada. Es el retrato de la típica mamma italiana que da muchos hijos a su marido y cuyas inquietudes jamás serán tenidas en cuenta. Ese primer contraste entre lo que representa Loren como paradigma de belleza italiana y su condición en la película de ama de casa de las de toda la vida, ya nos indica que "Una jornada particular" es atípica.
Cuando poco después se nos revela que el rol de Mastroianni, arquetipo de galán masculino italiano, es el de un homosexual en absoluto viril, ya todos los esquemas se ponen patas arriba. Sin estridencias y con naturalidad, Scola rompe con lo establecido.
Sophia Loren, el mito erótico por excelencia del cine italiano, aparece al comienzo recogiendo su casa y despertando a su numerosa prole. Está en bata, con zapatillas y desarreglada. Es el retrato de la típica mamma italiana que da muchos hijos a su marido y cuyas inquietudes jamás serán tenidas en cuenta. Ese primer contraste entre lo que representa Loren como paradigma de belleza italiana y su condición en la película de ama de casa de las de toda la vida, ya nos indica que "Una jornada particular" es atípica.
Cuando poco después se nos revela que el rol de Mastroianni, arquetipo de galán masculino italiano, es el de un homosexual en absoluto viril, ya todos los esquemas se ponen patas arriba. Sin estridencias y con naturalidad, Scola rompe con lo establecido.