16 de julio de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo destacar que me hace mucha gracia que todo el mundo se refiera a una trama de familia de padre-madre y más de un hijo, sin infidelidades, como algo "neoconservador". De qué forma hemos sucumbido a la facilidad de encasquetar esta etiqueta a cualquier cosa que suene a antigua, por muy bella que pueda ser en sí misma. A mí eso es lo que, precisamente, me parece más transgresor de toda la película. Bueno, lo que más es claramente el personaje que encarna Jennifer Aniston: una mujer que, pese a los momentos muy duros que obviamente conlleva, no ve la vida doméstica como una maldición sino como algo por lo que merece la pena luchar, y muestra que la libertad de la mujer no tiene por qué traducirse siempre en la famosa "emancipación" ni en evadir la responsabilidad voluntaria de la maternidad: tiene mucho más que ver con el amor por los hijos. Es normal que la crítica española se refiera a esto como "neoconservadurismo": porque la ideología de género nos ha entrado hasta la médula.
Le película tiene muchos defectos en muchos niveles (por ejemplo, que sean una familia excesivamente acomodada: no tenía porqué), pero si por algo me ha gustado es, precisamente, por esto: retrata por un lado -un tanto exagerado, sí-, a través del amigo del protagonista (¿Sebastian?) el concepto de libertad que se tiene hoy: cero compromiso e ir saltando de flor en flor, llegar alto en lo laboral sin el sacrificio que conlleva fundar una familia, sin la renuncia que supone escoger a una mujer y decidir que será LA mujer de tu vida. Y por otro lado, la vida del protagonista, que con sudor y lágrimas funda una familia unida y feliz. Señores, juzguen ustedes mismos: ¿en qué lado está la verdadera libertad?
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