Esta peli la he visto tres o cuatro veces en los autobuses de Alsa. Tiene su gracia y, sin ser gran cosa, está por encima de otros bodrios con los que los conductores amenizan los viajes (ahora bien, este humilde macarrón agradecería que renovaran un poco el repertorio, que ya me sé los diálogos de memoria). La idea del guión no vale mucho y la exprimen hasta la última gota: hay cierta ingenuidad en las situaciones y un pudor que parece propios de otra época, como si fuera un remake de alguna comedieta antigua, asexuada y olvidada (quizá lo sea), con su amable y pacata guerra de los sexos. La misma peli, rodada hace medio siglo, sería igual de mala pero tendría glamour y pasaría hoy por una pequeña joya de la comedia en blanco y negro, como otras tonterías del tipo "Arsénico por compasión" o "La novia era él" (me la imagino protagonizada por Cary Grant y Katherine Hepburn y dirigida por Hawks o Cukor). Tal y como está ahora, no pasa de ser una amable nadería.