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2
Drama. Musical Juana de Arco es quemada viva por herejía. En una especie de estado de ensoñación, abandona su cuerpo y comienza a repasar su vida. Comienza su viaje deprimida y desmoralizada. Sin embargo, un sacerdote aparece para guiarla. En primer lugar, le muestra a aquellos que la acusaron disfrazados de personajes animales, con el fin de mostrarle su verdadera naturaleza. Después, le muestra el bien que ha hecho a la gente. Al final, se siente ... [+]
18 de mayo de 2010
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
A principios de los cincuenta, Roberto Rossellini, después de una época de tensiones matrimoniales con Ingrid Bergman, decidió preparar un montaje teatral que permitiera a la actriz viajar por los principales teatros europeos. La obra escogida fue el oratorio “Jeanne d'Arc au bûcher”, a partir de un poema Paul Claudel y compuesto por Arthur Honneger. Rossellini montó la obra para el lucimiento de Ingrid Bergman y posteriormente filmó las representaciones que habían tenido lugar en la Ópera de París del 21 al 27 de junio de 1953, dando lugar a la película “Giovanna d'Arco al Rogo.”

El drama tiene lugar durante el juicio y la ejecución de la heroína, que recuerda los episodios más importantes de su vida. Las once escenas del montaje operístico (y por consiguiente de esta grabación de Rossellini) son:

- Las voces del cielo.
- El libro.
- Las voces de la tierra.
- Juana abandonada a las fieras.
- Juana en el poste.
- Los reyes o la invención del juego de cartas.
- Catalina y Margarita.
- El rey se dirige a Reims.
- La espada de Juana.
- Trinazzo.
- Juana de Arco en las llamas.


No hablamos de una mala adaptación puesto que no existe adaptación alguna. Rossellini graba con planos generales y medios, la representación de París como si una cadena televisiva grabara hoy día un concierto para su retransmisión. Ni siquiera Bergman sobresale en un papel que repite para la gran pantalla (V. Fleming, 1948). No existe aquí obra cinematográfica. La cámara prácticamente no se mueve, permanece enfocando un escenario falto de iluminación (para el cine) durante toda la duración de la ópera.

El arte cinematográfico, tal y como demostró Dreyer en su versión de Juana de Arco, está completamente desvinculado a cualquier otro arte.
La ópera forma parte del arte escénico.
Adaptar una ópera puede ser arte.
Grabar una ópera no es arte.
Chagolate con churros
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