Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chagolate con churros:
6
Comedia. Drama. Romance Antonine (Jean Rochefort) ha crecido con una secreta pasión: casarse con una peluquera. Ya en la madurez su deseo se hace realidad: se une en matrimonio a una bellísima peluquera (Anna Galiena). La pareja comparte una felicidad perfecta, y su vida es un idilio permanente tan sólo comparable a un sueño. (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2008
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Normalmente, el olfato, es uno de los sentidos al que menos importancia otorgamos, pero es el sentido que más memoria posee. Un olor de la infancia nos traslada directamente al lugar y el tiempo en el que lo percibimos por primera vez. El sabor de las comidas, que tanto asociamos al gusto, es en gran parte, por el olor que percibimos. Antoine recuerda el olor de la muerte: vainilla. Antoine recuerda los olores que de niño percibía en la peluquería y esos recuerdos olfativos le marcan durante toda la vida. Hasta que su búsqueda da con Mathilde, la peluquera, el olor de la infancia. La madre que siempre quiso.

La verdad es que Freud se pondría las botas con los comportamientos de Antoine y Mathilde. En cambio, a Patrice Leconte le trae al pairo dichos comportamientos. Los usa para crear una fábula de desterrados y almas solitarias. De sueños que se alcanzan. Y luego, alcanzada la meta, el miedo irracional por perderlo.

Para esta fábula Leconte cuenta con su actor fetiche Jean Rochefort, de quien consigue una gran y cálida interpretación y al célebre compositor inglés Michael Nyman, conocido por sus colaboraciones con Peter Greenaway o por la magnífica composición de “El piano” (Jane Campion, 1993). Nyman, combina una banda sonora llena de ritmos árabes y sencillos pianos que de nuevo demuestran su talento.

Leconte da bueno el refrán:

… porque podría volverse realidad.
Chagolate con churros
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow