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Voto de Chagolate con churros:
8
Drama Pepe y Lucía no pueden con Manu. Lo han intentado todo, pero es inútil: el niño que adoptaron hace apenas un año les viene grande, no se hacen con él, y han decidido devolverlo. Sin embargo pronto se dan cuenta del precio que deberán pagar si quieren seguir adelante con su plan... Ópera prima de David Planell, guionista nominado al Goya por "Siete mesas de billar francés" (co-escrito con Gracia Querejeta) que ha trabajado en algunas de ... [+]
5 de mayo de 2009
43 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace un par de años, leí un extenso artículo periodístico sobre la otra cara de la adopción. Me llamó la atención el alto porcentaje de “adopciones truncadas” (10%). En el artículo, creo recordar, exponían el caso de tres familias completamente distintas que acabaron por devolver al menor. Puede que David Planell, leyera el mismo artículo y que provocara la misma sensación de abatimiento que provocó en mí. También recuerdo que no era una sensación fácil de explicar la que dejaba en mí el artículo una vez lo terminé de leer. No era incomprensión por el comportamiento de los padres, ni dudas hacia un sistema que complica y alarga la tramitación de adopción. Tampoco era recriminación a unos menores que se sienten asustados y temerosos. Lo cierto es que casi la totalidad de las adopciones truncadas eran niños de edades superiores a los seis años.

Manu (Brandon Lastra Cobos) tiene ocho años, y durante casi un año convive en régimen de acogida con Lucía (Natalia Mateo) y Pepe (Alberto San Juan). David Planell, exitoso cortometrajista, nos muestra la casa de Lucía y Pepe mientras salen los títulos de créditos: un barrido funcional, muy informativo y atrayente: treintañeros creciditos, acomodados, con nostalgia ochentera o síndrome de Peter Pan (hay que ver como se usa hoy en día esta frase) y sin agua. Quedan recados al espectador y me imagino que de agrado para su director: el libro de Renoir, la carátula de “La dolce vita”,…

Durante ese día sin agua, Pepe y Lucía tendrán que pensar muchas cosas, afrontar complicados problemas que han ido dejando a un lado y meditar el futuro que ellos desean y pueden ofrecer al prójimo. Es un día donde la trabajadora social visitará a la pareja, como cada mes, a revisar el caso del menor. Y es el día donde Pepe y Lucía tienen el pensamiento de rechazar esa adopción. Pronto vemos que lo que Planell nos mostró con la cámara en su inicio no es más que fallada. La fallada de una sociedad de consumo, burguesa y creyente de su concienciación con el mundo. Una fachada que puede venirse a bajo en el menor momento, cuando el más pequeño huracán azote en sus cercanías. El huracán se llama Manu.

David Planell ofrece Natalia Mateo su primer papel protagonista después de su encuentro en el cortometraje “Ponys.” Mateo no defrauda, y consigue un trabajo interpretativo impecable, a la altura de su pareja de reparto Alberto San Juan (especialista en estar en las películas premiadas en Málaga). Ambos consiguen elaborar unas escenas cuyos sentimientos afectan al espectador y cargadas con inmensa intensidad. No me extrañaría ver sendos Goyas a pesar de todo el tiempo que falta para ello.

(Abróchense los cinturos porque esto continúa)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chagolate con churros
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