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Voto de Chagolate con churros:
8
Cine negro. Intriga Un soldado se despierta en el hospital. Ha recibido graves heridas, pero se recuperará. El único problema es su amnesia. Los médicos le llaman George Taylor y él solo posee un pequeño indicio de su identidad, una carta, sin firma, donde una mujer explica su odio hacia su persona. Asustado por lo que se dice de él, está dispuesto a seguir cualquier pista para descubrir su verdadera identidad... (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2010
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
De argumento ya explotado, y de dirección poco sorprendente (exceptuaremos la cámara subjetiva del principio), “Solo en la noche” no es una película más de género noir, aunque disponga de todos los ingredientes: femme fatale, nightclubs, palizas, calles mojadas, impresionante fotografía en B/N, disparos, detectives con sombreros (aunque se los quiten en lugares cerrados), asesinatos y por supuesto, mucho dinero (un mcguffin para el propio personaje George Taylor -Hodiak-). Eso sí, la dirección de Mankiewicz, aunque discreta, es ante todo, elegante y dinámica; y como nos tiene acostumbrados (ahí están los Oscars conseguidos por sus actores a lo largo de la filmografía del director) de destacado trabajo interpretativo (destaco al gran Richard Conte).

Terminada la guerra muchos eran los problemas a los que se enfrentaba EUA. Uno de ellos era como reconducir la vida de miles de soldados que habían servido en el ejército. La identidad de estos soldados, muchas veces se veía modificada por los años pasados en la contienda: “Tres años de guerra pueden cambiar a un hombre” se dice en sendas ocasiones a lo largo de la película. G. Taylor intenta recomponer su vida partiendo de cero una vez terminada la contienda, y aunque en el filme usen el recurso de la amnesia para llevar a cabo el cambio de identidad, no deja de ser un recurso alegórico para poner sobre la mesa el problema identitario, no sólo de unas personas, sino de un país entero.

Por todo ello, la trama, que por momentos peca de inverosímil, puede pasa a un segundo término y por el mismo motivo, sobresale una escena rarísima, alejada del noir y que rompe un poco a la película pero que contiene más chica que la propia trama:

George Taylor llega a la casa de Michael Conroy (Stevenson Houseley). Su hija Elizabeth (Josephine Hutchinson) abre la puerta y tras reconocerle intercambian unos minutos de suertes y deshonores. Taylor (buscando el recuerdo de su vida, y sin dejar de sentir la soledad de una vida que no recuerda) escucha el desconsuelo de Elizabeth, una mujer que intenta olvidar que está sola.
Chagolate con churros
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