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Voto de Chagolate con churros:
9
Drama Cabiria es una prostituta que ejerce como tal en uno de los barrios más pobres de Roma. Sueña, sin embargo, con encontrar el amor verdadero, un hombre que la aparte de la calle y a quien pueda entregarse en cuerpo y alma. Su bondad y su ingenuidad la convierten en víctima propicia de sucesivos vividores que se aprovechan de ella, le roban y la golpean. A pesar de sus fracasos, recobra la esperanza una y otra vez. (FILMAFFINITY)
4 de octubre de 2009
75 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fumaba un cigarrillo largo y fino, de esos de exportación. Pero no llevaba can-can sino una faldita muy corta y unas botas hasta la rodilla a juego. Una blusa blanca muy fina que dejaba mucho más que intuir sus pezones y unos ojos rasgados. Todos los días pasaba por su lado cuando regresaba a casa y ella, todos los días, me llamaba chasqueando su lengua. Esa noche cuando pasaba por su lado chasqueé la lengua en contestación. Ella sólo tiró un beso al aire.

Siempre me he preguntado qué pasa con todos esos besos que se escapan. ¿Dónde irán?

La llamaban La China pero todos los del barrio sabíamos que era tailandesa. Al pasar por su lado percibí un suave olor a mandarina y jazmín. Nunca había pasado tan cerca y jamás había cruzado palabra alguna con ella anteriormente. Al menos por mi parte. Así que aún me pregunto si fue el olor a frutas y flores lo que me incitó a darme la vuelta.

Le dije de sólo ir a un bar. Le invitaba a cenar y entablar conversación. Ella miró su calle. A un lado y luego a otro. Sopesando los clientes que pudieran llegar. Acepto la conversación, pero no la cena.

Y me lo contó todo. A un desconocido porque a los amigos esas cosas no se cuentan. Ella seguía hablando, con la cabeza gacha. Yo aguantaba el tipo, con los ojos rojos pero haciéndome el hombre que quería ser. Hubo un momento, pasada ya media noche en que ella se calló. Agarré su mano para que sintiera calor humano suponiendo que después de todas sus desdichas pudiera seguir sintiendo algo. Ella levantó la cabeza y tenía la sonrisa más hermosa que había visto en mi vida. Entonces sí. Entonces me desmoroné.
Chagolate con churros
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