El director y guionista germano Chris Kraus pudo hacer un peliculón de haber cuidado un poco más el guión. Porque el resto de “Cuatro minutos” es impecable. Técnicamente está muy cuidada y sobre todo, la luz y los contrastes que utiliza, han sido muy mimados. Las dos actrices principales, sobresalen y aunque ninguna llega a enfatizar debido a su carácter, convencen con rotundidad.

Quizá, el hecho de no enfatizar con ninguna de ellas, pueda correr el riesgo de que la película quede huérfana de cariño. A mi juicio, y siendo consciente de este peligro, no me supone excesivos problemas encontrarme con dos protagonistas con nulo afecto. Al fin y al cabo, no estoy viendo un cuento de Disney. Me encuentro viendo a dos mujeres que la vida les dificulta las cosas y adquieren un carácter amargo y violento. Aunque la cinta se centra prácticamente en la vida de la maestra y alumna, algunos secundarios, tampoco muy agradables, nos aportan otras grandes actuaciones y pequeñas historias secundarias.

Graus comete el error de llenar la historia de flashbacks para contar el pasado tortuoso de algún personaje. Y estos cambios temporales estropean el ritmo narrativo de la historia y puede, que algún espectador, se pierda también en ellos.

En el guión se cuela algún diálogo divertido, algo negro, que ayuda a diluir la tensión.

Destaco un gran final. En todos sus aspecto posibles. El final es grandioso, y si te gusta la música, vas a disfrutarlo todavía más.