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Voto de Chagolate con churros:
3
Drama El joven Lucas, de 21 años, se traslada a la ciudad para vivir como un adulto. Allí alquila un apartamento con su hermana, y comienza a ir a fiestas y a conocer gente. (FILMAFFINITY)
4 de enero de 2010
12 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me gustan los aeropuertos. Y sobre todo a estas alturas de película donde hay que pasar más controles que Ben Johnson antes de correr los 100 metros lisos. En las estaciones de trenes o en los puertos aún puedes correr como alma que lleva el diablo zarandeando tu pañuelo como signo de despedida. ¡Vale!, esto ya sólo se hace en la películas. Pero la cuestión es que si quieres, puedes hacerlo. Y el que se va lo podría observar. Esto no se daría en un aeropuerto. El aeropuerto no tiene nada de romántico.

Lo único que se puede hacer en un aeropuerto mientras esperas y esperas a que tu avión que tenía que salir una hora antes salgo de una vez por todas es leer. Leer y mirar la cantidad de gente extraña y divertida que hay en los aeropuertos. Cansado de leer el libro que tenía en las manos ojeé una revista de cine que había comprado mi compañero de vuelo. La revista, todo hay que decirlo era una porquería, como todas las revistas de cine. Había una entrevista bastante chorra a Daniel Brühl. Y allí decía que su papel más importante era el de "Das weiße Rauschen" . Casualidades que yo hacía unos días que había visto esta tontería porque tengo una amiga que le encanta este chico y me grabó (váyanse ustedes a saber porqué) varias de las películas interpretadas por Daniel Brühl.

Nada más empezar ya estuve tentado de darle pasaporte porque la imagen se movía como lo hizo el avión que iba a coger, minutos antes de llegar a tierra. Cámara en mano, luz a raudales e imagen desenfocada. Vamos, que pintaba modernete una cosa mala. Luego es cierto que la cosa se calmó un poco; tampoco mucho pero algo es algo. Y entre un guión tonto a rabiar, la música alemana que no sé porque aún no está prohibida su distribución, y la poca calidad de un director más preocupado sacar primeros planos sin sentido que en crear un plano con sentido la película iba a terminar conmigo si yo no terminaba con ella.

Queda una salvable actuación de Brühl y una voz que no para de susurrarme que mate al director. Por el bien de este hombre espero que dicha voz no sea la esquizofrenia que tan torpemente ha intentado explicar con este trabajo.
Chagolate con churros
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