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Voto de Chagolate con churros:
7
Romance. Drama La familia Recchi pertenece a la gran burguesía industrial lombarda. Viven en Milán, en una lujosa casa, pero las relaciones entre ellos son frías y distantes. Eduardo Tancredi, su mujer Emma (Tilda Swinton), una inmigrante rusa plenamente integrada en la cultura milanesa, sus hijos Elisabetta, Edoardo y Gianluca, así como los abuelos, componen el círculo familiar. El joven cocinero Antonio, ajeno a este mundo, condensa sus emociones en ... [+]
21 de mayo de 2010
54 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Barroca y excesiva. De quietud extrema y cinismo crepuscular. Trabajo metódico, de grandes puestas en escena, de alardes visuales pero de recurrentes simbologías (la luminosidad del campo frente a la casa-cárcel de salidas saturadas de luz -ventanas, puertas-, la iglesia como lugar donde confesar los pecados, la lluvia como purificadora de la tristeza desoladora, el corte de pelo como fin de la esclavitud...). Permite que el espectador no se pueda perder, porque el resto de la cinta es un brete lleno de elipsis visuales, de escasos diálogos y movimientos operísticos, pero que peca de obvio en dichas simbologías.

Hablábamos de esos borbotones de luces que dan una sensación de fotografía sucia, mal ventilada... como la casa de los Recchi. Es incómoda, fría, maquiavélica. Excepto cuando graban el exterior. Luca Guadagnino graba la decadencia aristocrática sólo con una casa.

La música casi nunca acompaña a la imagen, pero lejos de interferir le da un tono diferente a la película. La molestia, al ser premeditada se transforma en un recurso más para la historia hasta llegar al clímax final de que hablaré más adelante.

Sobran movimientos. No cortes de un montaje arriesgado por áspero y casi aséptico. Lo que sobran son seguimientos con la cámara al hombro, sobran planos en escenas que requerían la mitad. Cuando Guadagnino deja los planos generales la película pierde en consistencia ya que el ritmo que imprime a la cinta no lo acompaña con la cámara. Aun así, encuentro gratificante que al director le fatiga el diálogo, y siempre intenta recurrir a una imagen para explicar la escena.

Película más que interesante pero que gana enteros en unos últimos minutos de auténtico arte cinematográfico. La ópera se despereza, todo es visual, todo es fuerza bruta cuando se muestra que no hay otra vía que el amor para salir del mundo decadente y frío.
Chagolate con churros
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