Último y glorioso musical de Gene Kelly al servicio de la todopoderosa Metro Goldwyn Mayer, en la que supuso también una nueva era en el concepto de los musicales de antaño, con letras y partituras de Cole Porter que compondría con esta, su adiós definitivo de las bandas sonoras musicales para Hollywood y que tuvo el privilegio de ser rodada por un maestro entre maestros el incisivo y deliberadamente audaz George Cukor.

Les girls, es un bendito ejemplo de alta comedia empapada de elegancia y buen gusto, con escasos pero magistrales números musicales y un afilado sentido del ritmo, la película fluye caudalosamente por los ríos de precisión y dosis de sabio portador que atesoran a Cukor, un director que volvía a demostrar su increíble capacidad para manejar con soltura todos aquellos resortes que definen lo que llamamos estructura narrativa, una historia salpicada de esa genialidad innata que la convierten en un excelente retrato de mujeres.

Mujeres brillantemente interpretadas por tres actrices insustituibles, que bordan sus papeles, la guapa y sutil Mitzi Gaynor, Taina Elg y la efímera y grandiosa Kay Kendall, tristemente fallecida con apenas 32 años a causa de una leucemia la cual cortó las alas de una actriz portentosa con todo un mundo por delante, un trió de féminas de rabiosa capacidad cómica que hacen empequeñecer al bueno de Kelly en este relato contado desde tres puntos de vista diferentes (al estilo Rashomon de Akira Kurosawa) en una argucia de resultado sobresaliente.

Comedia musical memorable que fue un sonoro fracaso en su momento, pero que sirvió para que el género mutara hacia nuevas formas de expresión. Todo un delicioso pastel adornado con las guindas de unas hermosas melodías y el hacer de un hombre, Cukor, que tenía la fórmula secreta de crear películas tan perfectas, mágicas y envidiables como esta.

LO MEJOR: Todo en ella es de insólita lucidez, pero con momentos impagables como cuando Kay Kendall está borracha, la escena del tren saliendo de Granada, el tema Ca, c´est l´amour que se marca Taina Elg en la barquita junto a Gene Kelly, la delineada caracterización de todas sus protagonistas y el timing general que Cukor sabe imprimir a este afilado cuadro hecho con la aparente finalidad de perdurar eternamente en el recuerdo.

LO PEOR: Casi nada, solo que ya, desgraciadamente, no se fabriquen películas así.