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España España · badajoz
Voto de deivi:
9
Ciencia ficción. Aventuras. Bélico. Acción. Fantástico. Romance Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres ... [+]
20 de diciembre de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doce años después de que James Cameron se autoproclamara rey del mundo llega por fin uno de los eventos más esperados de nuestro siglo (sí, porque aunque parezca mentira desde que aquel famoso transatlántico arrasara con todo y contra todo no solo hemos cambiado de siglo, sino que hemos asistido a numerosos adelantos en las formas de ver y entender el cine), y lo hace de forma tridimensional con intenciones de revolución absoluta en el campo de la tecnología, con un proyecto meticuloso, concienzudo, que solo un pionero de la técnica como Cameron podría poner en funcionamiento así, como de la "nada", con el ruido y expectación mediática que de un megalómano podría presuponerse, y una vez puesto a su entera disposición las más avanzadas herramientas visuales y, otra vez más, un presupuesto de record, el director menos acobardado de la industria estrena juguete nuevo de manera ultramasiva. Y sin necesidades inútiles de analizar si el fin justifica necesariamente los medios solo se me ocurre una onomatopeya para describir mi experiencia una vez terminada su película: ¡guaaaauuuu! No podría expresarlo con mayor claridad que la que representa la exaltación de un niño desbordado de entusiasmo, ebrio de ilusiones y aventura, aun sobrecogido por el ESPECTACULO extrasensorial que me ha devorado durante 162 minutos de mi vida, para zambullirme sin coartadas de arrepentimientos en un universo infinito y fluorescente llamado Pandora.

Avatar es un paso de gigante en el campo de la revolución digital, crea una ciencia cinematográfica con posibilidades futuras imprevisibles, pero revulsivas, que dan un significado distinto al cine en tres dimensiones y potencia un momento de cambio en el arte del imperio informático que avisa de que al cine todavía le quedan multitud de vías por explorar que amplifiquen su condición de fábrica de sueños. Una obra rupturista que podría honestamente ser equiparable a la irrupción del Cinemascope en los años 50, o los primeros efectos especiales vistos en pantallas con obras tan vinculadas a esta como fueron La guerra de las galaxias. No debemos obviar el hecho de que Cameron es un cineasta hermanado con los modernos adelantos técnicos que de una forma u otra han desatado un hit dentro del campo infográfico, Terminator 2 y los logros en el empleo del agua digital en Abyss, pero que nunca han ocultado su pasión por las historias clásicas que le dan el apelativo de ser un verdadero romántico dentro del sistema. No podremos negar que lo que cuenta en Avatar no se haya expuesto antes, pero de ahí a considerarlo poco creativo o simplista hay un cosmos que no devalúa en absoluto las sensacionales nociones de estar ante una proeza épica “Bigger than life” de la que uno solo debe sacar conclusiones optimistas ante lo que este novedoso formato puede venir a perfeccionar o fomentar en los próximos tiempos.

Continúo en spoiler por falta de espacio
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
deivi
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