Planteamiento inicial. Adolescentes de instituto se marchan de excursión desde su pueblo (el típico pueblo norteamericano de tantas otras series y películas) a las montañas. Sin embargo, la carretera está cortada por unos desprendimientos y, el propio día, se opta por volver. De vuelta, los adolescentes se dan cuenta de que no hay nadie más en el pueblo: ni sus padres, ni otros adultos, ni ancianos, ni niños. Nadie de nadie.

Yo en esta serie distingo dos tramas: la explicación de qué ha pasado y la organización de los propios adolescentes para sobrevivir. La serie ocupa un 80-90% del tiempo total con lo último, lo cual pienso que es una decisión acertada ya que, para mi, lo realmente interesante es ver a esos adolescentes de instituto decidir de qué forma viven y cómo gestionan sus recursos.

Ya en en los últimos capítulos, términos como democracia, elecciones y dictadura permiten algunos buenos diálogos, no muy profundos pero sí reflexivos, entre los personajes principales. Mientras se contemplan esas escenas, uno se da que cuenta de lo difícil que es estar en el poder, ser un líder, mandar sobre otros, tomar decisiones que no a todo el mundo le pueden gustar... aún siendo sólo unas 100-200 personas.

La parte de la explicación de cómo se ha llegado a esa situación ocupa muy poco del peso de la temporada. Destaca sobre todo en los capítulos 1, 2 y 10, mientras que en los demás apenas se menciona nada o se da alguna pincelada por encima. A mi no me interesa especialmente ese tema y espero que le busquen una resolución no muy compleja porque sino la serie va a convertirse en un Lost versión instituto.

De este modo: parte explicación un 4, parte organización un 8. Nota: 6.