A estas alturas, con esta tercera entrega de la saga de Sam Raimi sobre las aventuras del hombre araña arrasando en las salas y batiendo récords de taquilla, supongo que a nadie le quedará ya duda de que estamos ante la mejor adaptación de un cómic que se ha llevado a la gran pantalla.

Sam Raimi nos sabe transmitir como nadie la esencia de Spiderman, la esencia de Peter Parker, el héroe más humano. Detrás de la máscara de Spiderman se esconde un muchacho sencillo y con un gran sentido de la responsabilidad, alguien con quién podríamos cruzarnos por la calle, o encontrarnos en el andén esperando el metro. Lejos de su alter ego, Spiderman, Peter Parker es una persona cercana a nosotros, una persona que comparte nuestros problemas. Tiene malos días, problemas con su pareja, estudia para labrarse un futuro profesional, tiene sus inseguridades y sus dilemas morales. Es el héroe siempre dispuesto a ayudar, cuyo motor no es la venganza sino la ética y el sentido de la justicia. Spiderman es el héroe moral.

En esta tercera parte, Sam Raimi nos vuelve a regalar su genial enfoque de Peter Parker, desde la perspectiva con tintes cómicos que nos ofreció en las otras dos películas. Esta mezcla de humor e ironía, ejectutada a la perfeción con Tobey Maguire en el papel de superhéroe un tanto pardillo, enamorado como siempre de la mujer de sus sueños, Mary Jane Watson, interpretada de nuevo por Kirsten Dunst, cuyo papel le viene también como anillo al dedo. El tándem Tobey Maguire y Kirsten Dunst funciona a la perfección, ya que tienen una química especial dentro de la película e interpretan muy convincentemente todos esos conflictos de pareja tan cotidianos y a la vez tan mágicos.

De nuevo, Raimi se centra en la vida personal de Peter Parker para contarnos una historia trepidante que no dejará indiferente a ningún seguidor de la saga. La película es más espectacular que nunca, el seguimiento de la cámara durante las batallas y las escenas de accíón brilante, con unos planos que dejan la boca abierta. Los efectos especiales brutales, realmente inmejorables, incluso llegan a dejar a los de las otras dos obsoletos. El diseño de los villanos también esta relamente muy logrado, en especial el de Venom, que bien seguro que es el Venom que todos los seguidores de Spiderman han imaginado siempre en sus cabezas.

Evidentemente hay que ir a ver la película concienciado de que no se va a encontrar en ella algo innovador o trascendental, ni nada que reinvente el género. Quién espere una obra maestra o un futuro clásico mejor que se quede en casa. Ésta es una película comercial, divertida, y de sobras espectacular para que merezca la pena ir al cine para verla. Spiderman 3 es la digna secuela de la saga de Sam Raimi, un genio capaz de llevar al cine con tanto acierto el exitoso personaje creado por Stan Lee, el superhéroe más querido por todos.